Gabriel nos cuenta en su Blog
Mario Benedetti... el mejor de todos nosotros.
Estas cosas suceden... claro que suceden.
Anoche llegó un SMS a mi móvil desde Montevideo...
“Llegó la tregua para Benedetti. Abrazo grande.”
Y no precisé más nada para entender. Llegó el momento que todos sabíamos que tarde o temprano iba a llegar. Y llegó nomás. Cuando aún no terminamos de hacer el duelo por la ida de Bécquer Puig, Idea Vilariño y de Rolando Faget, viene usted Don Mario y nos hace chau con la manito y se va...
Y está bien.
Esta vez no habrá llanto pero sí una profunda tristeza.
Tristeza por la muerte del hombre, del intelectual, del compañero comprometido con su tiempo... eternamente ético. Pero no lloro al poeta. Y no lo lloro porque su poesía, Don Mario... permanecerá para siempre y ella amanecerá empecinadamente una y otra vez.
Tristeza, querido Mario, porque al igual que con la partida de Idea Vilariño, con Usted se nos va aquella “Generación del ‘45”. La de Onetti, Sarandí Cabrera, Carlos Real de Azúa, Humberto Megget...
Tristeza porque este tiempo de días con olor a pasillo de hospital, de despedidas eternas... no nos da tregua alguna.
Tristeza porque hoy todos nos quedamos más desprotegidos, más guachos... más solos.
Cierta vez, usted dijo que “la poesía, es un altillo de almas, un tragaluz para la utopía y un drenaje de la vida que enseña a no temer a la muerte".
Por eso Don Mario, porque juntos hemos recorrido el duro tiempo que nos tocó vivir, porque no nos quedan cuentas pendientes, porque ahora sí, usted se va en busca de Luz, su amada y eterna compañera.
Vaya nomás Don Mario... vaya tranquilo... pero si alguna vez tiene ganas de visitarme en ciertas noches de Dénia, entonces... Vuelva con su peor y su mejor historia... total, usted conoce este camino de memoria pero igual... usted venga. Crónica aquí.
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