De mi reciente libro Un Cadillac de Segunda Mano:
Ya no somos los mismos
A Karmelo C. Iribarren
Salgo poco. Lo justo
para no olvidarme de bares y de amigos.
Y no discuto ni siquiera con la tele.
Me aburren los periódicos y solo
algún libro de versos me interesa.
Paseo por las calles que ahora siento
territorio enemigo. Ni siquiera pretendo
recordarte.
Alguna vez -y muy de tarde en tarde-
me retorna el deseo.
La dulce desazón de un cuerpo joven
que me inspire mis vicios solitarios.
No fumo. Escribo poco.
De vez en cuando un verso como éste.
Y poco más. En momentos de duda
-mientras espero al médico o voy a la farmacia-
desearía llamarte y comentarte
que hace un calor de muerte
o que el nuevo Gobierno es el de siempre.
Pero nunca lo hago.
Sé que hace ya tiempo
dejaste de temblar cuando veías
mi nombre en tu teléfono.
***
La foto me la ha prestado mi amigo Raul Cancio (Dar un toque a la foto para verla en todo su esplendor)
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