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El Bardo Escaldao, cerrao
El Bardo Escaldao, ese laboratorio de arte y vida, de música y Libertad creadora que un grupo de amigos y amigas de la Cultura pusieron en pie ahora hace siete años en la Mutilva navarra, echa la persiana del tiempo. La pandemia fagocita a lo mejor.
El grupo de músicos y actores de la Cultura de El Bardo, no sólo habían construido una programación y un modo de hacer las cosas bien en Navarra, sino que habían extendido sus relaciones con músicos cantautores de allende los lugares. Teniéndolos tan cerca, como a tres cuartos de hora, no tuve la suerte de conocer su calado humano hasta 2018, en un encuentro mágico que el grupo promueve en Rabanera del Pinar, convocando a una música, poesía, silencio y Naturaleza.
Se lo he dicho anoche al enterarme, con tristeza y lo repito ahora, que me sigue doliendo como si algo te amputan:
Sois gente a la que siento mía. Me duele este final. Creo que la Cultura ha sido doblemente castigada, por la pandemia y por la obsesión de los gobiernos en acotar espacios, como si la Cultura fuera vehículo conductor del virus. Lo diré mil veces: La cultura no contamina. La incultura, sí. Cerrar El Bardo es más grave que cerrar una catedral. Os abrazo a todos. Si se calla el cantor, ¿Qué será de los pájaros, de los árboles, las nubes y de esas personas que aún creemos que la Cultura ha salvado más vidas que las aspirinas?
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