Ni su nombre
Es una imagen de no hace tantos años.
Hay mucha gente. Y tú estás justo al lado.
Sonríes y me coges -suave- por la cintura.
La felicidad deslumbra esta fotografía.
Me parece, al mirarla, que ya todo ha pasado.
Y lloro por el tiempo que te llevó tan lejos,
hasta esas ciudades y a otros hombres que ahora
rodean tu cintura en los días contigo.
Ya no hay nada que pueda llevarnos al recuerdo.
Se detuvo la vida una noche cualquiera,
y nosotros no éramos entonces ni siquiera
la misma voz que uniera tu deseo y el mío.
Nunca será lo mismo. Que no nos duela ahora
la imagen ya olvidada que me llega esta noche.
Es mejor, muchas veces, no recordar el nombre
de la mujer que un día nos abrazó la cintura.
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