jueves, diciembre 31, 2020

Ana Montojo

 BRINDIS

En lo que a mí respecta,
nada más que pedir al año nuevo,
soy de buen conformar, ya he aprendido
que pedir imposibles solo sirve
para desperdiciar no pocas lágrimas
por el desagüe de la decepción.
Las lágrimas las tengo racionadas,
es que me quedan pocas
por algunos derroches del pasado,
y ya solo las uso en caso de emergencia.
Y no voy a pedir a estas alturas
felicidad o cosas semejantes
—¡a saber lo que es eso!—, solo quiero
que no te falte un verso que sane la tristeza,
que no te falte un beso que llevarte a la boca.
¡FELIZ 2021 A TODOS!



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