martes, diciembre 08, 2020

John Lennon

 1980, el último año de John Lennon: el regreso de la inspiración, la tensión con Paul y su disco final

Cómo vivió sus últimos días. Luego de los días de excesos y drogas, había decidido quedarse en su casa y cuidar a su hijo Sean. Pero extrañaba su inspiración, temía haberla perdido. La conversación con Paul, la relación con Yoko, su nuevo disco después de cinco años. Y la última noche fatal.

1980 fue el último año de vida de John Lennon. En los seis años que habían transcurrido desde la aparición de Wall and Bridges, su último disco de canciones propias, se había recluido en su departamento del Dakota. Casi sin apariciones públicas de importancia y ninguna referida a una novedad discográfica. Había sido noticia por su irrupción en la asunción presidencial de Jimmy Carter, en la que rompió el protocolo y se acercó a saludarlo ante el estupor de los que los rodeaban y hasta del flamante presidente. Se lo veía desayunando en sus lugares favoritos cerca del Central Park y paseando a Sean en el cochecito. No mucho más. En 1979 había publicado una solicitada en el New York Times explicando su silencio: “Un silencio de amor y no de indiferencia” decía esa Carta de amor -como la titularon- firmada por John y Yoko.

Pero su silencio musical, más que urdido, más que premeditado, fue involuntario. Se le escurrieron las musas. No encontraba motivación para escribir. Luego del frenesí tóxico del Fin de Semana Perdido y ante la fría (tirando a gélida) recepción crítica de sus últimos trabajos, John se replanteó como seguir. Pero ese replanteo se transformó en parálisis. Se convirtió en un hombre que recuperó lo cotidiano pero perdió la inspiración y el interés. No le gustaba mirar para atrás. Para él lo importante era lo que venía pero era un Beatle. Y eso era muy difícil de sobrellevar. La gente se lo recordaba todo el tiempo. Y, era también, (casi) imposible de superar. Nota aquí.



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