domingo, febrero 28, 2021

Joaquín Pérez Azaústre

 Una creencia

No se precisa hacer ostentación, el tesoro está dentro del pecho. Eso, para mí, es el ser andaluz

Yo sigo creyendo en Andalucía. Y lo hago a mi manera, que es una manera humilde de creer. Entre otras cosas, porque nadie me ha dicho cómo hacerlo, y ese sentimiento lo percibo como un descubrimiento natural. Quizá algo de eso hay en esta libertad: la certeza absoluta de que nadie ha tratado de imponérmelo. Es algo que se va manifestando a medida que creces, a medida que viajas a otros mundos y hasta vives en ellos, y descubres de pronto coincidencias, líneas que se cruzan en el tiempo sobre las geografías, como un hermanamiento muy sutil que se vuelve poroso y se revela en una lluvia lenta de matices. Lo que te diferencia, pero también aquello que te une, desdibuja los límites, para después volver a levantarlos. Sin embargo, nunca he imaginado aquí unos muros reales, sino una laxitud de tarde y música, en una plaza abierta en la que siempre hay sitio. Hay algo de abandono, hay algo genesíaco de placer hondo y nítido, un fuego crecido en la distancia. Nota aquí.





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