Con un clásico romance,
-ya en desuso, la verdad-
quiero rendir homenaje
a quienes me hacen soñar.
Los veintiuno de marzo
siempre me pongo a rimar
pensando en Figuera Aymerich,
o en Caballero Bonald.
Las rimas de Gloria Fuertes,
versos libres de Marzal,
el surrealismo lorquiano,
sonetos de Carvajal,
poesía de experiencia,
o poesía social,
Elvira Sastre o Alberti,
y José Miguel Ullán.
Benjamín Prado, Iribarren,
Hierro, Gabriela Mistral,
Machado, Hernández, Otero,
Loreto Sesma y Marwán.
Este poema octosílabo
no sirve para explicar
lo que me ayudan sus versos
ni todo lo que me dan.
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