"El negacionista es irreductible. Lo suyo no es el debate, sino el dogma"
'La conspiración de los conspiranoicos', novela ambientada en Cádiz y que va ya por su tercera edición, aplica el humor a las teorías más descabelladas en torno a la pandemia.
La editorial sevillana Renacimiento acaba de lanzar la tercera edición de La conspiración de los conspiranoicos, la desopilante y gozosa novela que Felipe Benítez Reyes escribió en los días más cetrinos y confinados de la pandemia de coronavirus y con la que, contraviniendo el estado anímico general, rindió homenaje a las maneras narrativas golfas y callejeras de sus inicios, y a aquellos paisajes cercanos en los que el autor de Humo aireaba su visión del mundo y su simpatía por los perdedores, sin dejar de deslumbrarnos con su prosa inigualable.
La conspiración de los conspiranoicos sitúa también su acción en la capital gaditana, en escenarios muy reconocibles de la Tacita de Plata, como el Café de Levante, el Bar Brim -la mítica cafetería de la calle Compañía, junto a la Plaza de las Flores- o el Liba. Es precisamente en uno de esos locales, el Brim, que carece de wifi y cuyo pasillo estrecho dificulta incluso la cobertura del móvil, donde cinco aficionados a las teorías alternativas se reunirán cada semana para intercambiar pareceres sobre la pandemia y dar rienda suelta a las teorías más descabelladas y a las suposiciones más extravagantes, valiéndose de lo que tanto escasea en la hiperconectada sociedad actual: la clandestinidad, el anonimato. Nota aquí.
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