“La música no es lo más importante de mi vida”
El cantautor español habló sobre su último disco, sus 20 años de carrera y el prejuicio que siente al expresar su opinión libremente.
“Todo cuesta un poco más en estos tiempos”, reflexiona Ismael Serrano con cierto aire de melancolía en sus ojos. “Todo resulta más difícil y lento”, admite rememorando el proceso que vivió durante los últimos meses para poder sacar su último álbum, Seremos.
El cantautor español se encuentra en Madrid y en medio de la agitada agenda de compromisos que tiene debido al lanzamiento, se toma un momento para hablar en exclusiva con LA NACION, videollamada mediante. “La verdad es que este disco tendría que haber salido el año pasado, en nuestros planes estaba grabarlo antes, pero se desbarató todo. De repente no era un buen momento ni para producirlo, ni para grabarlo, ni para editarlo”, dice con sinceridad.
Pasaron siete años desde que sacó su último álbum de estudio, La llamada. En el medio se dedicó a recorrer América Latina y España con su guitarra y a grabar dos discos en vivo, recopilando sus grandes éxitos, pero la deuda pendiente de volver a compartir sus composiciones estaba latente. “Fueron las circunstancias, por un lado, y el hecho de haber estado celebrando mis 20 años de carrera lo que demoró todo. Una mezcla”.
-Tus álbumes siempre tienen algún condimento que los vuelven únicos, ¿cuál es la esencia de Seremos?
-Hay varias cosas en Seremos. Primero un empeño en mirar hacia adelante en un momento en el que es difícil hacer planes y concretarlos. Una llamada a levantar la mirada, a entender cómo la tragedia que nos toca vivir es algo temporal. También hay una revisión de uno mismo porque el confinamiento nos ha obligado a mirarnos en el espejo y hacernos preguntas sobre nuestro lugar en el mundo y lo que estábamos haciendo. No he sido capaz de escribir canciones que hablen explícitamente de la pandemia, de las calles vacías y los hospitales desbordados, porque me veía en mitad del vendaval y no podía tener la perspectiva necesaria. Me apetecía cantarle un poco a esa vida que había quedado congelada y que algún día retomaríamos. Nota aquí.
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