viernes, mayo 21, 2021

Rafa Mora

 GIRARSE

Claro que se me congela el corazón y la vida.
El ánimo, el júbilo y la esperanza.
Que sufro ante el espejo tanto vómito de naturaleza muerta,
tanto dolor de invernadero,
tanta vileza mezquina.
Claro que busco respuestas entre interrogantes vacíos,
que me duele el alma de morder recuerdos y sombras,
que hunde silenciosa la noche, mis ojos en la intemperie.
Y claro que sufro la asonancia de este círculo asimétrico llamado mundo.
Pero también pienso en horizontes,
en crisálidas de futuro,
en versos de esperanza.
Porque a pesar de todo,
hay que girarse como lo hace el girasol hacia la luz.
Girarse para que otros se giren,
girarse para desenlazar el nudo
que sigue agazapado,
perdido a la deriva.



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