jueves, julio 08, 2021

Rodolfo Serrano

 Confesión de parte

Os lo confieso:
me da mucha vergüenza
que me llamen poeta o que yo mismo
me diga: soy poeta.
Son palabras mayores. Y que conste
que no es falsa humildad.
Intento escribir versos.
Incluso los publico
con un poco de suerte. Y poco más.
Pero no soy poeta. Ni siquiera
pertenezco a grupo alguno.
Ni tampoco
está mi nombre en alguna antología.
Por supuesto
no puedo decir que pertenezco
a una generación o a un movimiento
poético o artístico. Mis versos
no han revolucionado el mundo de las letras.
Escribo aseadito. Lo sé.
Y algunas cosas
me salen bien, tienen su gracia
y gustan, sobre todo a los amigos.
¡Qué más puedo pedir en estos tiempos!
En fin, éste soy yo.
Y me siento muy contento
cuando miro las nubes y lo cuento
o visito los bares y lo cuento,
incluso si recuerdo a una mujer,
ya polvo en mi memoria, y os lo cuento.
O sea, ya lo sabéis
si entráis al trapo
y leéis mis versos y mis cosas.
No me llamo poeta.
Yo me llamo Rodolfo y soy el hijo
de un albañil llamado Marcelino
y de una humilde mujer llamada Paca.
Soy un hombre, nada más, que ha perseguido
la belleza sin poder acariciarla.
Por eso, tal vez, por eso escribo.
La foto es de Raul Cancio.



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