Christian nos cuenta por Facebook.
Se cumplen veintisiete años del fallecimiento del Polaco Goyeneche.
Aquí, una charla que, el año pasado, para esta fecha, mantuve con Adriana Varela, musa de los elegidos:
Con los graves de Dios, Adriana Varela recuerda al “Polaco” a 26 años de su muerte
A veintiséis años del fallecimiento de Roberto “Polaco” Goyeneche, Adriana Varela, en una charla íntima, recuerda al dueño de la garganta con arena más sensible.
El Cordillerano: – ¿Cómo fue aquel 27 de agosto de 1994?
Adriana Varela: – Iba todos los días al Anchorena… Me vine a dormir una siesta, porque estaba muy cansada, y mi hija, que era muy chica, me avisó: “Mamá, se murió el Polaco”. “La puta que lo parió”, dije… Yo sabía que iba a pasar, pero me dio bronca… Recuerdo el velorio, pegada a Luisa, su señora, con la que tenemos un gran afecto. Mi mamá es muy amiga suya, hablan todas las noches.
E.C.: – ¿Ibas al sanatorio a diario?
A.V.: – Sí, estaba ahí, pero no lo veía. Le pregunté a Luisa: “¿Querés que entre?”. Me contestó: “¿Vos creés que el Polaco quiere que lo veas así?”. Y yo le dije: “No”.
E.C.: – Uno se imagina a un hombre muy grande, pero en realidad tenía sesenta y ocho años.
A.V.: – Sí, parecía mucho más; era un hombre de gran delgadez, que había tenido una vida muy intensa… Pero, aparte, creo que estaba bastante hinchado las pelotas de vivir con esas limitaciones físicas.
E.C.: – Lo habías conocido en 1989…
A.V.: – Exactamente.
E.C.: – Fue por un reemplazo en el café Homero.
A.V.: – Sí, el dueño del Homero dijo: “Gracias, Adriana, seguí los días de semana”. Entonces, el Polaco contestó: “Si la piba no viene los fines de semana, yo tampoco vengo”. Era su código de lealtad. Me había elegido, de alguna manera, como ahijada.
E.C.: – Poco antes habías visto la película “Sur”, y él, justamente, te cautivó, sentiste una especie de conexión… Luego, lo conociste. ¿Creés en eso que podríamos llamar coincidencias de la vida?
A.V.: – No solo creo, a mí me habían medio preparado… Cuando todavía no cantaba, más que en mi casa, me dieron una carta astral maravillosa, y el que la hizo me dijo: “Tenés que cantar”. Yo respondí: “¿Pero qué canto?” Empecé en el programa de Badía, y me alquilé la película “Sur”, tampoco sé por qué… Para mí, son cuestiones de sincronicidad… En “Matrix”, Keanu Reeves tenía que atender el teléfono o, si no, perdía; bueno, yo lo atendía. Estaba atenta, porque el astrólogo me lo había anunciado: “Van a aparecer ‘personitas’ que te van a traer señales, y vas a recorrer un camino que no imaginás… no te asustes”. Y así fue, con todo… y con todos. Nota aquí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario