Como barco en la niebla
Despacio, muy despacio, caer en el abismo,
esa atracción purísima que nos lleva a los cielos.
Con los ángeles negros que guardan en sus alas
el miedo a la añoranza de los viejos amantes.
No desear ya nada. Ni las pasiones fieras
ni los amores limpios, ni si quiera el deseo
de un cuerpo en el que toda la tristeza del mundo
se duerma cada noche como un niño pequeño.
La vida es un destello de sol en la tormenta,
un milagro en la sombra, un instante en la luz,
un latido muy lento en las venas del mundo,
esa palabra tuya que no sé pronunciar.
Y ya ves, ya no hay nadie que me espere en la esquina,
hoy los tangos son tristes como otoño con lluvia.
Han cerrado mis bares y tu casa se alquila,
y aprendí a vivir solo y a beber solo y triste.
Miro los calendarios y rebusco en sus hojas
el exacto minuto que precede al desastre,
ese extraño temblor que sentí entre tus brazos
y que hoy se ha borrado como un barco en la niebla.
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