Silvio Rodríguez, sombra que cobija
El cubano conquista una vez más Madrid en el recital ofrecido en el acto de central del centenario del Partido Comunista de España.
Las corrientes musicales y políticas pasan como los paisajes que vemos fugazmente a través de la ventanilla, pero hay estrellas que siguen brillando incluso cuando las creíamos lejanas. Silvio Rodríguez, en un 2021 en el que mucha gente da por extinguidos a los cantautores, reunió a miles de personas en Rivas Vaciamadrid dispuestas a escucharle un domingo de septiembre a las tres de la tarde bajo un sol implacable. En la fiesta del PCE, con público familiar en horario del concierto viñarrockero, el cubano obsequió al público con una actuación inolvidable que sirvió para cerrar el acto central del centenario de los comunistas españoles.
Silvio Rodríguez es el hilo de Ariadna que conviene seguir cuando uno se siente extraviado, ya sea por el amor o la política. Mantiene el cantante esa inconfundible voz que acompañará siempre a sus incondicionales y se acompaña de una banda que baña con una pátina de solidez melódica al repertorio. Mención especial para la flautista Niurka González, compañera del trovador que pone a su instrumento a dialogar con la guitarra para que unas composiciones que son himnos se atrevan a explorar territorios nuevos y hasta asomarse a los abismos jazzeros, como hicieron, por ejemplo, El Necio.
El de San Antonio de los Baños no escatimó esfuerzos en el escenario del Auditorio Miguel Ríos. Algunas personas acudieron a esta cita pensando que iban a asistir a una versión recortada de su repertorio, teniendo en cuenta que el precio de la entrada era irrisorio, apenas 2,5 euros, y se encontraron con un recital de unas dos horas en el que tuvieron cabida la mayor parte de las imprescindibles del extenso repertorio. La Maza, Ojalá, Sueño con Serpientes, Una mujer con sombrero y La era está pariendo un corazón fueron algunos de los temas más coreados por un púbico no tan mayor como podría pensarse en un primer momento, señal de que las canciones de Silvio se transmiten entre generaciones, que es lo que lo que permite a un artista pasar de fugacidad de la moda a la eternidad. Nota aquí.
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