Código penal
Puedo vivir sin ti. Ya te lo digo.
Saltar hasta las nubes como un niño,
perderme por las plazas solitarias,
o caminar feliz entre la gente.
Puedo vivir sin ti. Tomar el metro,
sacar mi corazón al Viaducto
y contemplar la tarde sin que nadie
interrumpa la paz y su silencio.
Y luego entrar en bares y en Iglesias,
ir a comprar el pan y los periódicos
y enamorarme, en fin, de una muchacha
que cruce su mirada con la mía.
Descubrir nuevas gentes y ciudades,
escribir un poema sin tu nombre
-¿cuántas letras tenía? Ya no importa-,
caminar por el borde del abismo.
Puedo vivir sin ti. Como si nada
hubiera sucedido entre nosotros,
igual que si, de pronto, aquellas noches
hubieran sido sólo un espejismo.
Vivir sin ti es muy fácil, ya te digo.
Basta con olvidar lo que un día fuiste.
Olvidar no es un crimen ni un delito
cuando es en legítima defensa.
(Y en este caso tengo y tú lo sabes
todos los pronunciamientos favorables)
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