jueves, enero 27, 2022

Emilio Rojo

 El ‘factor Emilio Rojo’, la historia del visionario viticultor de Ribeiro

Cada madrugada controlaba las vides y durante la fermentación dormía en la bodega. Esta es la historia del creador de un vino blanco mítico, que encontró en los bancales de una pequeña viña de Leiro, en Ourense, su edén particular y una manera de expresarse a través del vino. Un universo a la medida de un pionero.

“A veces estoy vivo, pero la mayor parte del tiempo estoy muerto”, afirma con naturalidad Emilio Rojo, visionario viticultor que convirtió una viña familiar en una referencia del vino en general y del ribeiro en particular. “Cuando digo que estoy muerto es porque mi actividad cae abruptamente. Entro en melancolía. Profundos pozos. Estoy solo conmigo mismo”, dice.

Es una mañana fría de otoño. Una cubierta vegetal de castaños, mimosas y robles impide que el sol penetre en el camino que lleva desde Leiro (Ourense) hasta el icónico viñedo. El suelo es un manto de hojas marrones. En algunas de las piedras que sobresalen se perciben marcas del hierro de las llantas de los carros que, en su día, transportaban las pipas de vino hasta la carretera, camino del ferrocarril de Ribadavia, Santiago o Pontevedra.

El paseo atraviesa Ibedo, una aldea abandonada desde los años sesenta. Aquí heredó Rojo la casa familiar de Julia González, su mujer, fallecida en octubre de 2019 y a la que una cruz azul de teca recuerda desde lo alto del terreno. “Di la vida en esta viña para que mi mujer se sintiera orgullosa de mí”. Nota aquí.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario