“Yo quería ser el poeta ‘callejero’ que soy, pero mejor”
Poeta callejero entre versos de lija y seda y muchos bares, es hoy uno de los imprescindibles de nuestras letras. Publica 'El escenario' (Visor), un volumen que rezuma esperanza a pesar de su pandémica desolación.
Con una vida azacaneada (tras la muerte de su padre, “un buen tipo sin suerte”, a los siete años le metieron en una especie de orfelinato), Karmelo C. Iribarren (San Sebastián, 1959) comenzó a publicar sus primeros poemas en revistas y fanzines a finales de los 70, pero sólo en 1995 logró editar su primer libro, La condición urbana (Renacimiento). Tras publicar hace dos años su Poesía completa, ahora lanza El escenario, un libro traspasado por la tragedia de la Covid. “Sí —explica ahora a El Cultural—, escribí la mayoría de estos poemas durante la pandemia, y supongo que algo de esa realidad terrible con tintes apocalípticos se verá reflejado en ellos. No explícitamente, salvo en algún poema, pero sí en el tono, en el clima que se va creando conforme se avanza en la lectura”.
Sin embargo, sigue empeñado en lo suyo, en “contar la vida, lo que veo, lo que siento, lo que pienso… sin olvidar que la poesía, más aún esta que escribo yo, tan a ras de suelo, tan accesible, necesita algo más que la mera comunicación de una experiencia. En ese algo está el ‘arte’, supongo. Yo lo intento, cosa distinta es que lo consiga”.
Pregunta. Una de las constantes de su obra es su carácter casi biográfico: ¿a qué Karmelo Iribarren encontramos en El escenario?
Respuesta. Al de siempre pero un poco más viejo y un poco más descreído. Pese a ello, sigo siendo un vitalista elegíaco, si tal cosa es posible. El mundo es un disparate pero a mí me gusta tomar cafés en los bares viendo pasar la vida. Esa pequeña paradoja o contradicción está muy presente en mis poemas, aunque no se haga notar.
“Mi mala relación con la esperanza es muy anterior a la pandemia, se remonta a mi niñez. Tuve que aprender muy pronto que no podía fiarme de ella, pero en este libro aparece más que nunca”. Nota aquí.
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