viernes, abril 08, 2022

Miguel Ángel Estrella

En memoria de Miguel Ángel Estrella, músico de la paz y embajador de los derechos humanos

Hijo de inmigrantes libaneses criado en el norte argentino, fue un notable pianista de formación clásica que trascendió en el mundo a través de sus tareas solidarias por la inclusión y la igualdad.

Miguel Angel Estrella dice que engañó a la muerte y a sus verdugos contándole historias. Rezaba en voz alta, mientras lo torturaban en una prisión clandestina cerca del aeropuerto de Montevideo en 1977. Durante una de esas torturas se le ocurrió la idea de crear Música Esperanza. Se había prometido que si sobrevivía llevaría la música de Bach y Beethoven a los barrios marginados, hospitales, cárceles, villas miseria, campos de agricultores. Era una manera que la música funcione como una señal, un pájaro de libertad, que permita elevarse sobre la propia realidad, como le pasó a él que, mientras lo torturaban, lo único que podía hacer era pensar en cómo sonaba un preludio de Bach o la música de Beethoven para sentirse un poco más libre, para sobrevivir un día más. “Me propuse hacer música contra la locura y la tortura del poder. Quiero pelear con la música contra quienes quieren sojuzgarnos”, dijo, tiempo después sobre lo que se transformó en la misión de su vida.

Hijo de Omar Estrella, un poeta socialista, y Ana María Borges, una maestra rural, Miguel Angel Estrella creció en el seno de una familia de inmigrantes libaneses de apellido Najem. A sus abuelos les cambiaron el nombre cuando ingresaron al país. Como no sabían hablar castellano empezaron a señalar el cielo y el oficial de migraciones les puso en el documento Estrella: nayem significa en árabe astro del cielo. Su primera infancia transcurrió en el pueblo de Vinará, un caserío en Santiago del Estero. Ese contacto con las comunidades rurales, sus silencios, su imaginario, su poderoso conjunto de creencias, lo marcaría toda la vida. Nota aquí.




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