miércoles, junio 08, 2022

Joan Manuel Serrat

 El principio del adiós de Joan Manuel Serrat, el cantor sin fin

Joan Manuel Serrat inicia en Murcia la gira de despedida ante 6.000 fieles repasando algunos de los temas principales de su repertorio. El primer concierto es una ceremonia emocional para varias generaciones

Quizá porque el tiempo ya no tiene espera, Joan Manuel Serrat anunció que dejaba los escenarios y, para que le creyesen, emprendió una ruta de despedida que es el atlas musical de su existencia: de EEUU y Latinoamérica -allá es lo más parecido al pariente de un dios-- y después España, donde en sí mismo alcanza condición de iglesia laica con parroquia de varias generaciones juntas. Serrat se va con esta gira: 'El vicio de cantar (1965-2022)'. 44 fechas. El cantante está saludable de realidad. En Murcia son dos conciertos para el principio del adiós. Y hay en la plaza de toros de La Condomina un 'bullebulle' festivo, como de patio grande de vecindad.

En los conciertos de Serrat las canciones atraviesan la mucosa de la memoria y se van desplegando como baluartes contra el olvido, como nostalgias recobradas, y exigen estar disponibles si la emoción aprieta. Hay momentos en que el mundo parece estar bien hecho, como en el verso de Jorge Guillén. Son las 22.13. La banda despliega los primeros acordes como un verano antes del verano e irrumpe Joan Manuel Serrat abriendo un cortinón teatral y sepultado de ovaciones. Aquí hay 6.000 fieles. La sombra se le multiplica con el foco y estrena la noche con un poema de Miguel Hernández, 'Dale que dale', buen gesto en una tierra donde la Cultura la maneja Vox. Serrat y las canciones se intercambian reflejos, luces, verdades. Algunas nacen del miedo, otras del desacuerdo y muchas de una contagiosa alegría de vivir. Hay momentos en que él mismo es música y público a la vez. Nota aquí.



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