lunes, octubre 10, 2022

Luis García Montero

 Soñar con bicicletas

La capacidad de resistencia tiene que ver menos con el optimismo que con la melancolía. Por eso conviene recordar que la melancolía más profunda no responde al pasado, sino al futuro, o, de manera más precisa, a un pasado que contaba con un futuro en su sitio. El futuro que se queda sin lugar es más melancólico que la memoria del tiempo perdido.

Siento esta poderosa capacidad de melancolía y resistencia al leer el último libro de Ángeles Mora, Soñar con bicicletas (Tusquets, 2022). Una cita de Juan Carlos Rodríguez me devuelve a finales de los 70 o primeros 80, cuando el futuro estaba en su sitio para Ángeles y para mí: “Lo que ocurre es que la vida –esa es su secreta y terrible verdad– es siempre histórica. Y toda historia tiene su principio y su fin. Sólo que jamás un final histórico ha sido dulce”.

Escribíamos entonces nuestros primeros poemas. Juan Carlos Rodríguez nos enseñó, entre Antonio Machado y Louis Althusser, que los sentimientos son también históricos, igual que las guerras y las constituciones, y que transformar la historia implica transformar los sentimientos y preguntarse por las contradicciones poco dulces que se esconden en la palabra yo. Para nosotros la democracia recién conquistada no suponía votar cada 4 años, sino transformar el significado de otras palabras como masculino, femenino o amor. El soñar con bicicletas de Ángeles no remite a una infancia feliz, sino a una sociedad en la que las chicas no podían moverse con libertad, conscientes de que se jugaban la vida al elegir sus caminos. 

Bécquer afirmó “poesía eres tú”. Juan Ramón Jiménez explicó su poética pura con la imagen de una mujer que se iba quitando los ropajes hasta quedarse desnuda. Ángeles Mora cuenta en su poema “Mi vida secreta. (Las chicas)”, la historia de unas experiencias femeninas que empiezan a bajar las escaleras de la vida “en el filo de la navaja, / solas ante el peligro”. Y llega así a tomar conciencia de unos poemas que procuran “saber lo que somos, / lo que nos dejan ser”. Se trata de un tipo de soledad que, para comprenderse, necesita a lo largo del libro convertirse en un nosotras: “Porque tal vez sea otra, / porque tal vez es necesario, / en el fondo, ser todas”. Nota aquí.



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