martes, enero 24, 2023

Rodolfo Serrano

 Crepúsculo

Este otoño de frío. Esta belleza
que envuelve en oro todo lo que toca.
El sol que me recorre como suave
caricia de los niños y los viejos.
Me siento con mis libros. El crepúsculo
es un vaso de vino derramado.
La quietud de la tarde entra en mi casa,
recorre los rincones de la alcoba.
Hubo un tiempo lejano, ya perdido,
de calles como mundos y tabernas
abiertas a los miedos de la noche,
cuando amar era verbo y era carne.
Miro el cuerpo doliente que rodea
mi alma desmayada, de agua fría.
El futuro es un fruto descompuesto,
el espacio vacío de la noche.
Dormito entre la fiebre y el latido
cansado de la sangre por mis venas.
Hay un tiempo feliz tras de la puerta.
Gritan los niños que vuelven del colegio.
Salir, andar, salir, correr el campo,
y sentir en la piel, como un mordisco
-profundamente, amor- de pasión viva
que me arrastre a la cárcel de tus brazos .
(Y este calor que busco, ¿está contigo?
Dame la vida, dame la esperanza)
Foto de Raul Cancio.



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