viernes, marzo 31, 2023

Luis García Montero

 Las estaciones

Llegué a la estación Barcelona-Sants, cerré el libro y me encaminé a la salida bajo un cielo de primavera recién llegada.

Llegué a la estación Barcelona-Sants, cerré el libro y me encaminé a la salida bajo un cielo de primavera recién llegada. Un conductor me estaba esperando para llevarme a los estudios de RTVE en Sant Cugat del Vallès donde iba a grabar una entrevista con María Casado. Mientras entraba en el coche, pensé que no debía olvidarme de contarle que había coincidido en Atocha con Antonio Banderas, productor del programa Las tres puertas en el que iba a participar. Pero de golpe me vi envuelto en un olvido mucho más grave. Me había dejado en el tren un sobretodo, regalo de mi hija por el día del padre. Andén cinco, vagón cuatro, asiento 12A, allí estaba perdido mi sobretodo, un regalo que me emocionaba de manera especial. Hay momentos en los que un padre necesita ser cuidado. Yo era el perdido. Por suerte, el conductor me empujó a salir de la derrota e intentar la recuperación de mi sobretodo.

Y me decidí, corrí a la estación, hablé con la vigilante que cerraba el paso a las vías, fui al mostrador de atención al cliente, pedí perdón por saltarme la cola, un operario improvisó un permiso para entrar de nuevo en los andenes, llegué al tren y recorrí los vagones de forma desorientada porque se habían apagado en las ventanillas de las puertas los letreros luminosos que ordenan el mundo. ¿Dónde estás, dónde, vagón cuatro, asiento 12A? Allí estaba mi sobretodo, en el respaldo del asiento que había sido mío. Celebré como un nuevo regalo la modesta recuperación que me había permitido la amabilidad de Renfe. Nota aquí.




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