"Me saqué una mochila de encima"
El músico repasó su historia -o la parte que puede contarse- en un volumen de memorias narrado en "forma no suave".
“Todo lo que cuento es verdad, absolutamente”, asegura Víctor “Vitico” Bereciartúa. “Y por eso no le regalé ningún ejemplar a mi familia porque si no me van a saludar más después de leerlo al menos que sea porque lo compran”, dispara este vasco viejo que en vez de 74, parece haber vivido 200 años. La sensación cae madura, una vez que se llega al final de El canciller (Memorias), libro realmente atrapante, y divertido que el exbajista de Riff acaba de publicar, donde aborda su historia a través de una multiplicidad de anécdotas para alquilar balcones “Todo está contado de forma... no suave, digamos, aunque podría haber sido aún más picante”, asegura el músico, que presentará su libro el martes 21 de marzo a las 18.30 en The Roxy Bar & Grill, de Lacroze y Álvarez Thomas. “Siento que me saqué una mochila de encima, porque creo que todas las cosas que yo hice y viví, la gente merecía conocerlas. A algunos les gustará, a otros no, pero me divierte que sepan de cosas que en su momento fueron espeluznantes. La vida, o por lo menos la mía, es una carrera de obstáculos, e ir pasándolos me hizo mejor”, asegura Bereciartúa, que hoy está tocando con Gabriel Carámbula, dado el impasse en que está su banda Viticus por el pase de su hijo Nicolás a The Black Crowes.
-¿Lo que está en el libro es todo lo que hay?
-Noooo (risas)... Lo que no está ahí, lo guardo para el segundo tomo que, si finalmente lo escribo, me tengo que ir a vivir al Asia. Hay cosas de las que no se habla.
De las que sí, Vitico se ocupó en El canciller de sus andanzas en Inglaterra, donde llegó a tocar durante media hora con Pete Townshend y Keith Moon, a compartir una cena con Keith Emerson en el Speakeasy Bar, y a rechazar una invitación de Marianne Faithfull y Pat Hartley -anteúltima mujer de Jimi Hendrix- para salir de gira una noche. “La negra Pat era un demonio maravilloso, pero se picaba heroína. Una noche me vinieron a buscar con Marianne a casa, mi mujer Rosa estaba embarazada y sabía que si me iba con ellas iba a ser un viaje de ida. En fin, me pasó de todo durante ese viaje y está en el libro, pero mi veredicto es que fue como hacer la colimba”. Nota aquí.
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