domingo, abril 23, 2023

Benicio del Toro

 “Aún tengo miedo a que no suene el teléfono. El rechazo es parte de la formación del actor”

El ganador de un Oscar recibe en Madrid el premio Platino de honor y asegura que le gustaría trabajar con Penélope Cruz, Antonio Banderas y Carlos Vermut.

Benicio del Toro (Puerto Rico, 56 años) recoge este fin de semana en Madrid el premio Platino de honor en la gala de cine iberoamericano, que antes recibieron Antonio Banderas, Ricardo Darín, Carmen Maura... “Me siento muy contento de formar parte de ese grupo”, asegura. Han pasado 30 años desde el estreno de Huevos de oro, la primera película que rodó con un director español, Bigas Luna, y recuerda que para hacer ese papel que le permitió conocer a uno de sus “actores favoritos”, Javier Bardem, se escapó de otro rodaje en Pensilvania. “Lo de Huevos de oro era en Miami y lo otro en pleno invierno, así que tuve que ponerme un sombrero mexicano para que no me diera el sol”.Durante el acto de presentación del premio, el público se derrite con la anécdota ante este hombre largo (1,88 metros) con las ojeras más expresivas del cine. Hay carcajadas también cuando explica que le gustaría que su país hiciera en películas “la cosa increíble que ha logrado con el reguetón” o cuando, para explicar que le apetece hacer otras cosas ―”producir, dirigir, quizá”...―, se compara con Bob Esponja ― “desde que soy padre, todo ha cambiado mucho”―.

En conversación con EL PAÍS, cuenta que le gustaría llevar a su hija a conocer la Alhambra de Granada: “Ahora tiene 11 años y es la época perfecta, pero el lunes tengo que estar en Nueva York y esta vez no hay tiempo para turismo. La próxima visita”. El actor, ganador de un Oscar por Traffic (2000), tiene raíces vascas: “Un apellido por parte de padre es Irisarri; otro por parte de madre, de mi abuela, es Bengoa, crecí en un sitio que se llama Santurce y soy fanático del grupo Eskorbuto”. Tiene pendiente el estreno en Netflix de su último trabajo, el thriller Reptile, con Alicia Silverstone.

Pregunta. En Los Fabelman, Steven Spielberg describe la fascinación de la primera vez en el cine casi como si al meterse en esa sala oscura hubiera sentido una iluminación. ¿Recuerda esa primera vez?

Respuesta. La primera película que recuerdo es una de James Bond, Vive y deja morir [1973]. Al viejo mío y al abuelo les gustaban las de vaqueros, los wésterns, pero esa sensación de estar en el cine, rodeado de personas, con la película a punto de empezar y la gente haciendo “shhh”, eso... Nota aquí.



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