lunes, abril 03, 2023

Virus

 Virus en el Luna Park: entre la nostalgia y la celebración de canciones inoxidables

Los cambios de dinámica en el grupo y cierto espíritu melancólico fueron ostensibles en la primera parte del show, pero los clásicos encendieron al público.

Los músicos ya están plantados sobre el escenario del Luna Park, suenan los primeros acordes de "Densa realidad" y en la enorme pantalla de fondo, la sonrisa de Federico Moura, eternizada en blanco y negro, bien puede competir con la de Gardel. Entonces Julio Moura canta: "Quiero ver mi ciudad que levante la cabeza / Que reciba el rock / Que estimula ondas más nuevas / Para juntos practicar / Nuevas formas de encarar / Esta densa realidad, oh". En apenas un minuto de show de Virus ya quedaron planteadas varias sensaciones contradictorias, que no sólo tienen que ver con la banda sino con el rock, con la industria musical, con el modo de pararse frente al paso del tiempo y, sí, con una realidad que sigue siendo densa aunque de otro modo.

En los demos anteriores a su primer disco, Virus titulaba "Mi ciudad" a la canción con la que 43 años más tarde abrió el show en el Luna Park. Ese nombre con dejo tanguero era provocador igual que la letra, pero desde el presente se torna inevitable reconfigurar ambos: ya no hay "negros, grises y azules" que "dominan calles", y Buenos Aires (y el mundo) no sólo recibió al rock sino que lo vio explotar, evolucionar, permear e imponer ideas diferentes, dominar el mercado de la música, ser fiesta y tragedia, y hasta encarar la curva descendente en cuanto a creatividad y trascendencia.

En ese punto, y para el que quizás haya sido su show más convocante desde la muerte de Federico Moura en 1988, Virus se asentó en un costado nostálgico que dejaba trasuntar una melancolía a la que la banda le escapó durante décadas. En la primera parte del concierto eso fue más notorio, al igual que un cambio de dinámica en el interior del grupo: desde el último regerso, Marcelo Moura ya no es "la voz cantante" sino que se reparte ese rol con su hermano Julio, quien se planta frente al micrófono en casi la mitad del repertorio. Y no deja de ser paradójico, porque Virus peleó mucho para imponer a Marcelo como vocalista cuando ya no estuvo Federico. Julio, eso sí, eligió canciones que le sientan bien a su voz, como "Dame una señal", "Superficies de placer" (de la que hizo la segunda parte en portugués) o "Pronta entrega". Nota aquí.



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