viernes, mayo 26, 2023

Rodolfo Serrano

Mi padre
El sudor de mi padre. Frío, frío.
Lo recuerdo besándome en la tarde,
inmaculado y tierno, recordado
pedacito de pan, mi sombra cálida.
El sudor de mi padre, como agua
limpiando, fresca y dulce, mis pecados.
El olor de mi padre en su camisa,
volviendo del trabajo cada día.
Mi padre, su dolor, sólo trabajo,
sólo puro cansancio ante una vida
-desconsolada vida- y el salario
del hambre en sus bolsillos y en su pecho.
Mi padre en la rebusca por los hijos,
por nosotros, su carga, sus dolores,
y su sed de justicia no saciada,
su llanto en la cocina oscura y fría.
El alma de mi padre cuando era
la semana tan larga, el pan escaso,
la sangre de sus venas palpitando
en esa noche eterna de silencio.
El miedo de mi padre, aquel oscuro
olvido, negro espeso, como tinta
de un dios feroz, tachando su memoria,
dejándole perdido en la tormenta.
Recuerdo cada día, padre, padre,
tu frío, tu silencio, el miedo tuyo,
tu sudor que me empapa el alma toda.
Padre, tú, llevándome en los brazos.
(Y les digo a mis hijos que te busquen
aquí, en mi corazón cansado y roto,
como un árbol que se agarra a sus raíces).
Foto de Raul Cancio. Dar un toque, un clic, y veréis esas ramas besando las nubes



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