sábado, junio 10, 2023

Casa Salvador

 Milagro en Casa Salvador, o cómo gracias a Anthony Bourdain sobrevivió el mítico restaurante madrileño

Cinco años después de la muerte del chef, el periodista y cocreador de Gomaespuma Guillermo Fesser cuenta por qué el estadounidense logró que no cerrara la taberna.

Ocurrió en Madrid durante el verano de 2010. A principios de aquel inolvidable mes de julio en el que España ganó el Mundial y el país entero sintió la irresistible necesidad de echarse a la calle. Residía yo ya por aquel entonces en un pueblo de EE UU, el de mi mujer, a cien millas de Manhattan, pero habíamos vuelto para disfrutar de las vacaciones en lo que seguíamos considerando nuestra casa. Mi hijo Nico, el mediano, se trajo de paquete regalo a cuatro amigos adolescentes que no paraban de alucinar en nuestras rutas diarias de tapeo y que, además, como en los colegios de Nueva York empezaba ya el soccer a destronar en popularidad al fútbol americano, abrazaron la indescriptible emoción televisiva del gol de Iniesta como si lo hubieran marcado ellos mismos.

Tuvimos la suerte de que el histórico despliegue de banderas y el contagioso entusiasmo colectivo nos pillara justo de lleno y no perdíamos ocasión de celebrarlo. Todo iba bien. La vida, como suele decir mi primo Joselu, el de Connecticut, era pura calidad. Una mañana más, terminamos de desayunar y nos disponíamos a dar un paseo por el centro, la mano ya en el pomo de la puerta… cuando de pronto sonó el teléfono. Cachis. “Un minutín y nos vamos”.

Era Lucy, una productora de Sudáfrica afincada en Barcelona, que llamaba para solicitarme un pequeño favor. “Soy todo oídos”. Nota aquí.





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