“En este mundo cada vez más hostil y volátil lo importante es escuchar”
La actriz estadounidense, visiblemente emocionada en el Teatro Campoamor, ha recordado a Picasso y a Lorca y ha reivindicado la empatía como herramienta para la “diplomacia”
Visiblemente emocionada y con una tímida carcajada nerviosa empezaba Meryl Streep su discurso esta tarde en el Teatro Campoamor, inmediatamente después de haber recibido el galardón como Premio Princesa de Asturias de las Artes. “Una parte de mí sospecha que como he presentado a personas extraordinarias me toman por una de ellas”, decía en el arranque de su discurso.
Con un público entregado a su magia de estrella hoolywoodiense y su hermano grabando toda su 'actuación' en las tablas del teatro ovetense, la actriz ha hablado de su experiencia cinematográfica donde afirma que la han criticado por alejarse en sus papeles de su propia “experiencia vivida”, por alejarse de su “verdad e identidad”. Pero recuperando una frase de Penélope Cruz: “¡No puedes vivir tu vida mirándote a ti mismo desde el punto de vista de otra persona!”, a la que ha asegurado que no sabe imitar en su acento, la actriz ha reivindicado la empatía.
“La empatía es el corazón palpitante del don del actor. Es la corriente que nos conecta, a mí y a mi propio pulso, con el de un personaje de ficción. Puedo hacer que su corazón se acelere, o calmarlo, según lo requiere una escena”, ha relatado, para “llevar esa corriente” hacia el espectador que está en su butaca. “Todos sentimos que nos está pasando al mismo tiempo”, ha afirmado Streep, resumiendo así la magia del cine.
“Siempre me he sentido impulsada a comprender ese otro instinto, contraintuitivo que nos lleva a interesarnos por los extraños, esa capacidad de seguir la historia de personas ajenas a nuestra tribu, es mi trabajo”, ha resumido. Mencionando también a Pablo Picasso, la actriz ha repetido una frase del pintor: “limitar a los demás es necesario, limitarse a uno mismo es patético”. Nota aquí.
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