martes, noviembre 28, 2023

Relevo generacional en la viña española

 Relevo generacional en la viña española

Los jóvenes del vino llegan pisando fuerte, preparados y con una visión más global. Pero no hay una receta para pasar el testigo. A veces, para triunfar necesitan romper con la tradición. Otras, recuperar sus raíces.

Encontrar un lugar propio dentro de un proyecto ideado por generaciones anteriores que vivieron tiempos y circunstancias diferentes no siempre es fácil. Tampoco en el mundo del vino, donde conviven ejemplos continuistas, rupturistas y soluciones intermedias. Si se hacen bien, los tres modelos funcionan.

Preparación internacional

Celia Vizcarra tiene 23 años, pero ha vendimiado ya en cuatro regiones vinícolas del mundo más allá de Ribera del Duero, donde se encuentra la bodega de su familia. Su abuelo era socio de la cooperativa de Roa (Burgos), pero la abandonó en los años ochenta para elaborar graneles en su localidad natal de Mambrilla de Castrejón. Su padre, Juan Carlos, acondicionó la bodega-garaje para lanzarse a embotellar en 1991 y aguantó las estrecheces hasta 2007, cuando pudo trasladarse a unas instalaciones en condiciones.

Celia nació en noviembre de 2001, justo después de la vendimia. Al año siguiente ya tenía un vino con su nombre, y no uno cualquiera, ya que se elabora con uno de los viñedos más viejos de la familia.

La primogénita de los Vizcarra (su hermana Inés, nacida en 2004, también tiene dedicado otro tinto de altos vuelos) no tuvo problema en dar el salto del instituto de Roa a la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona para estudiar la carrera de Enología en catalán. Allí coincidió con otros hijos de bodegueros como Adrià Albet (Albet i Noya, Penedès), Sergi Pallarès (Celler Arrelats, Terra Alta) u Óscar Mestre, que ya tiene su propio proyecto personal en Valencia. Nota aquí.




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