Ramón Serrano

 ENTRÓ DICIEMBRE ESTA TARDE

a Rafael Plaza

Me vistió de sombra la tarde aciaga

el silencio siguió presente cuando el alba

comenzó el día con un galopar lejano

las furias por el horizonte se perdían

era la noche en pleno día que llegaba

tuve la sensación de hormigas en las manos

por el espejo arrugas en la cara

ligero temblor en mis adentros

nervios como latigazos en las entrañas

las horas en su redondez exhalaron

fuertes ayes a través del bosque

me dejé llevar por los avatares

dónde el jardín creció la fronda

entró el viento por mis ventanas

y exclamé un ¡Ay! como mis miedos de grande

pinos y encinas

hayas y alcornoques me acompañaron

hasta el lúgubre lugar de las horas oxidadas

después corrió sus hojas el calendario

aconteció un día lujurioso de cielos exultantes

brillaban el parque y sus acacias

a pesar del otoño ceniciento

y las sombras de niños fantasmas

perdió su gris tristón el asfalto de la tarde

día y noche se fueron abrazados

mar adentro hasta perderse

lejos

muy lejos

difuminados en lontananza

diciembre congelado por el monte

escalaba la cuesta de final de año

y en la penumbra solitaria el poema acaba.