domingo, marzo 31, 2024

Miguel Hernández

La higuera que inmortalizó el poeta Miguel Hernández se reproduce

Un proyecto genera esquejes del árbol que crecía en la casa natal del poeta y los planta en centros como el Jardín Botánico de Madrid, el Museo de Ciencias Naturales o el Paleontológico de Cuenca.

En uno de los momentos más íntimos de su poesía, Miguel Hernández quiere rescatar de la muerte a su amigo Ramón Sijé. Minar la tierra hasta encontrarlo, dice su Elegía, besar su noble calavera, desamordazarlo y regresarlo. Pero no a su casa, sino a su huerto y a su higuera, que representan a “su familia, su infancia, su identidad”, señala José Luis Ferris, biógrafo del poeta de Orihuela. La higuera, que sigue en pie en el patio de la casa natal de Miguel Hernández, “es el árbol de referencia” en la obra del autor de El rayo que no cesa, asegura Ferris. Pero ya es un ejemplar viejo y la Universidad Miguel Hernández (UMH), mediante un convenio con el ayuntamiento oriolano, está “dándole cuidados básicos y multiplicándola mediante esquejes” que se han convertido en un regalo institucional, según Juan Martínez, director de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO), perteneciente a la UMH. Sus clones ya verdean en el Real Jardín Botánico y el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, en el Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha (Cuenca) o en los terrenos de Joan Manuel Serrat. Y se tramita su envío a Moncloa y La Zarzuela.

“La higuera era como una escultura que Miguel necesitaba acariciar a diario”, continúa Ferris, “y la cita constantemente en su prehistoria poética, antes de la publicación de Perito en lunas”. Un símbolo que se decidió conservar “a partir de 2017, cuando se cumplió el 75 aniversario de la muerte del poeta”, recuerda Martínez. “Firmamos un convenio con el ayuntamiento que, por un lado, abordaba la conservación y el cuidado” de la higuera original. “Emprendimos la restauración del tronco, que presentaba un gran hueco, y construimos un soporte para uno de sus brazos, que estaba en peligro de romperse”, prosigue el profesor universitario. El acuerdo también procuraba cuidados como “podas adecuadas, dotar al jardín de una instalación de riego y vallar el área de la higuera para que los visitantes no se acercaran demasiado”. El objetivo es que el ejemplar que aparece hasta en las piezas teatrales hernandianas “viva el máximo tiempo posible”, declara Martínez.

El convenio también estipulaba “la multiplicación vegetativa” del árbol mediante “esquejes que son clones exactos” del original. “Pretendíamos que fueran obsequios que se repartieran entre personalidades o entidades” de relevancia. El primero en obtenerla fue Serrat. “Antes incluso de este proyecto, en 2010, en el centenario del nacimiento de Miguel Hernández”, la UMH nombró al cantautor catalán doctor Honoris Causa. En ese acto, “quisimos reconocer su difusión de la obra hernandiana, que todos conocemos gracias a sus canciones”, comenta Martínez. Serrat recibió el primer esqueje de la higuera. Este año se llevaron otros al Botánico, al Museo de Ciencias Naturales y al Paleontológico. Y esta semana, ha recibido otro ejemplar el maestro heladero Fernando Saenz, creador del sabor “sombra de higuera, que elabora con hojas y sabe y huele al aroma característico de las higueras tras la lluvia”. Tras la entrega, Saenz impartió una clase magistral a los alumnos de Ciencia y Tecnología de los Alimentos del campus oriolano. Nota aquí.



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