jueves, marzo 14, 2024

Ramón Navarro

 "He andado siempre por andariveles difíciles"

El autor de “Chayita del Vidalero”, la voz de la obra conceptual de Félix Luna y Ariel Ramírez Los caudillos, el integrante de los Cantores de Quilla Huasi, uno de los últimos próceres de la música popular argentina, habla de su vida y de su obra. Dice que festejará sus 90 "entre música y familia, rodeado de gente que escribe, sueña y piensa". Navarro está preocupado por la situación del país: "en vez de ir para adelante, estamos yendo para atrás", señala. 

Rayos, truenos y centellas retumban en el octavo piso del edificio de la calle Arenales, donde Ramón Navarro –gloria del folklore nacional- atraviesa sus días de hoy. La semana presagia tormentas bravas, pero él, incólume ante el clima hostil, ajusta detalles en torno a una fecha clave: este jueves cumple 90 años. Pensaba festejarlo en La Rioja, porque justamente la fecha coincide con el casamiento de una sobrina, pero ciertos mareos que sufre desde los 85 le hicieron cambiar de parecer. “Lo voy a festejar entre música y familia, rodeado de gente que escribe, sueña y piensa… mi hija Cecilia, que es artesana; mi nieto 'Monchi', director de la Orquesta Angelelli; Fernando Rabih, gran músico, en fin, jóvenes que seguramente son mejores de lo que éramos nosotros a esa edad”, sostiene ante PáginaI12, quien creó perlas telúricas que habitan el acervo criollo. Basta recordar entre ellas “Mi pueblo azul”, “A Don Rosa Toledo”, “Chayita del vidalero”, “Leopoldo Silencio” y “Coplas del valle”.

Y no solo. Ramón Navarro –urge recordarlo en estos tiempos de memorias lábiles y olvidos fáciles- fue la  voz solista que le puso canto y alma a la obra conceptual Los Caudillos de Félix Luna y Ariel Ramírez, en 1965. Fue también uno de los Cantores de Quilla Huasi. Fue uno de los que en 1985 dio luz a la formidable Cantata Riojana –el otro fue el poeta Héctor David Gatica- que juntó a la quintaesencia del folklore de la provincia, corporizada en su hijo Ramón, “Chito” Zeballos, Pancho Cabral, “Colacho” Brizuela, y Luis Chazarreta, entre otros. Y fue quien entregó, como solista, discos clave del norte profundo. Entre ellos, Homenaje a la tierra, donde el mencionado Ramírez y Domingo Cura lo acompañaron. Arraigo, en dúo con su hijo Ramón. Y Tributo a Ariel Ferraro que, además de Navarro hijo, contó con la participación de su hermano Lucio, fundador del grupo Huerque Mapu. 

“Para cualquiera que llegue a los 90, bueno, significa un número ¿no?, no solamente para mí. Y si me preguntan cómo me siento, digo que bien. A veces tengo algún mareo, alguna flojera, pero es algo más físico que de la cabeza. Puedo razonar, sobre todo cuando hablo de música. Y si me preguntan qué es la música para mí, hoy, contesto que ella ya no es para divertirme, sino para emocionarme. Si la canción que escucho no me mueve las pestañas, no pasa nada”, afirma Ramón. “He llegado a la conclusión que mi vida, a pesar de acontecimientos fulerísimos que he tenido que atravesar y que prefiero no contar, ha sido buena. La balanza da que he sido un tipo feliz”. Como se ve, casi no hace falta empujar con preguntas para que el compositor, cantor e intérprete nacido en el bello paraje riojano de Chuquis, el 14 de marzo de 1934, se interne en su historia. “Cuento mi vida así, como una nebulosa, porque la viví con mucha intensidad…he andado siempre por andariveles difíciles”. Nota aquí.




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