sábado, abril 27, 2024

Bar Conde

 Funciona desde 1902 y se convertirá en el primer bar notable de la comuna 13

Es uno de los pocos que conserva la fachada original y la tradición de regalar un vaso de caña con ruda todos los 1 de agosto. Desde 1966, la familia Cofiño administra este bar de habitués. 

“Desde 1902” es el lema del antiguo bar Conde, ubicado en la esquina de Conde y Federico Lacroze, en el barrio porteño de Colegiales. Muy pronto se convertirá en el primer bar notable de la Comuna 13, una distinción que ya le habían ofrecido a la familia Cofiño pero que hasta hace poco se negaban a recibirla: “En su momento no quisimos porque pensamos que no nos iban a dejar hacer cambios. Ahora decidimos que sí y ya vinieron los titulares de la Comuna 13 para iniciar los trámites. Nos insistieron porque va a ser el único de esta comuna”, dice orgulloso Lucas Cofiño, que desde 2016 tomó la posta del bar.

Desde sus inicios, el bar Conde fue un típico cafetín de barrio que convocaba a vecinos y vecinas de la zona. En 1966 el bar pasó a estar administrado por el padre de Lucas, José Luis Cofiño, un asturiano que había llegado al país cuatro años antes. A partir de ese momento, el bar ofreció tragos, minutas y sándwiches. Hoy en día, el sándwich de jamón crudo, queso y manteca y el de matambre y queso son aclamados en las redes sociales. Además, el bar es uno de los pocos que conservan la tradición de regalar un vaso de caña con ruda todos los 1 de agosto. “Es una costumbre de mi viejo que yo decidí continuar”, señala Lucas.

“Te diría que un 90 % de los clientes de Conde son clientes fijos, gente del barrio, gente mayor que se junta con su grupo de amigos siempre a la misma hora, toman su café y charlan. Suele venir gente nueva pero no es lo normal. Se trabaja con gente habitué”, continúa.

Entre las bebidas más solicitadas, se destaca el Cinzano con fernet, un clásico mejor conocido como el “ferroviario”. También suelen servir cognac, vasos de vino tinto o blanco, y legui, “tragos que toma la gente mayor”, detalla Lucas.

La dueña de la propiedad es la misma de otros tres locales emblemáticos de esa cuadra: la fiambrería La Primavera y la panadería Iris. “El pan y las facturas son de ahí. Vamos a cada rato a buscar facturas entonces están siempre frescas y son de una calidad superior”, asegura Lucas. Nota aquí.




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