jueves, mayo 16, 2024

Osvaldo Bayer

 "Nadie pudo comprar a Osvaldo Bayer"

Una serie de charlas con el escritor y periodista terminó dándole forma a una película imperdible, que ya se vio en los festivales de La Habana y Nápoles y se estrena este jueves.

Una melodía tanguera, silbadita, de esas que le gustaban a Osvaldo Bayer, abre la historia. Es de Pablo Bernaba, que supo acompañarlo musicalmente, como da cuenta el disco Tangos libertarios del Quinteto Negro La Boca. La música dura unos segundos. Luego se esfuma y deviene un intenso vaivén de palabras entre el escritor y Norma Fernández. Ella es Licenciada en Letras y cinematografía. Realizó Los gritos del silencio y Camila, desde el alma, documentales traccionados por un marcado interés ideológico y social. 

Por este carril transitan también las charlas entre el escritor y Fernández que pueblan El testigo (Conversaciones con Osvaldo Bayer), cuyo estreno en público será este jueves 16 en el Cine Gaumont (Rivadavia 1635). “Creo que con Osvaldo nos unió una sensibilidad parecida, dada por los valores, la manera de sentir el mundo, las preocupaciones, cierto énfasis en la austeridad, la melancolía, y obviamente, la militancia en Derechos Humanos. "

"Me siento parte de todos los que aportamos a divulgar el legado ético de Osvaldo”, introduce la directora, posada en el motor –humano- inicial de esta charla lograda en de cuatro entrevistas que mantuvieron durante tres décadas. “Conocí a Osvaldo en 1991”, evoca. “Yo acababa de entrar como periodista a un diario de Córdoba, y me encargaron la nota sobre su conferencia en el Instituto Goethe. Hacía tiempo que quería conocerlo y, como intuía que no era ocasión para desperdiciar porque hacía poco había caído el Muro de Berlín y él había estado allí, fui con un amigo camarógrafo, con quien estaba empezando a hacer documentales sobre movimientos sociales. Aquella entrevista estuvo muy buena, y marcó el comienzo de una larga amistad”.

La amistad desembocó en un documental no solo poblado por la conversación sino también por una música afín, imágenes de revueltas mundiales, fotografías comentadas por Bayer en clave de largos epígrafes, y videos históricos. “El material de archivo nos llevó mucho tiempo y nos enfrentó a un problema contemporáneo para el cine documental: la mayoría de los archivos internacionales está en manos de empresas privadas que cobran fortunas. Fue muy duro conseguir excepciones, a través de apoyos institucionales, intermediaciones diplomáticas, negociaciones de precios… un calvario. Si no se resuelve pronto esto, las producciones independientes y de bajo presupuesto serán inalcanzables”, advierte la cineasta. Nota aquí.




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