domingo, julio 14, 2024

Metallica

 El dónut de Metallica vuela la cabeza a 65.000 espectadores en el Metropolitano

El grupo californiano llena el estadio del Atlético de Madrid con una reinvención que los mejora estética y musicalmente.

La última vez que Metallica visitó Madrid, en julio de 2022, fue como un día cualquiera en la oficina: un The Ecstasy Of Gold para empezar, una docena de veloces solos de Kirk Hammett por allá, un Nothing Else Matters de carril, un escenario clásico… Todo correcto, todo rutinario. Un trabajo profesional falto de sorpresas y donde había que escarbar para encontrar pasión. El cuarteto fue consciente de que vivía instalado en su zona de holgazanería, tomó nota y le dio una vuelta al asunto. Anoche empezamos a ver el resultado. Otros Metallica tomaron el estadio del Atlético de Madrid, y gustan bastante más que los vistos en las últimas visitas.

Muchas cosas se salieron de lo habitual anoche en el Metropolitano. El grupo entró al recinto por un pasillo a ras de suelo, con lo que podían saludar a los aficionados que se agolpaban a ambos lados en esa zona. El escenario, en forma de dónut, se instaló en el centro del césped, por lo que no había zonas ciegas en todo el estadio. Fue un concierto con una visión 360, que se dice, concepto que ya utilizaron en otras giras, pero ahora resulta más apabullante. Los cuatro músicos se movieron con libertad por el escenario circular. ¿Dónde está Kirk? En aquella curva, hurgando en las cuerdas de su guitarra. ¿Y James? Míralo, subido en una tarima, dejándose las amígdalas con Creeping Death. Incluso Lars Ulrich dispuso de hasta cuatro baterías situadas en lugares distintos del rosco. Instalaron también ocho torres con una especie de lata gigante arriba que sirvieron como pantallas para amplificar lo que ocurría en el escenario o ilustrar con motivos artísticos la historia de la canción que sonaba. La verdad es que los californianos pusieron el estadio rojiblanco del revés.

Más novedades. Se trata de un fin de semana con Metallica (M72 World Tour. No repeat Weekend, se llama la gira), dos jornadas (ayer viernes y mañana domingo) en el mismo lugar, donde se interpreta un repertorio diferente cada día y con dos teloneros distintos por noche. La entrada para el fin de semana costaba unos 145 euros, y muchos de los allí presentes (65.000, lleno) las compraron hace un año y medio. El plan estaba claro: que el aficionado se rascase el bolsillo, porque si solo acude una noche puede que no escuche varias de sus canciones favoritas, que sí interpretarán en la siguiente jornada. Es un desembolso importante, pero el grupo te devuelve el dinero con un gran espectáculo. Nota aquí.






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