BARRO
Siempre busqué recambios en los desguaces emocionales.
Hallé, casi siempre ahí, las piezas desgastadas de mi sentimentalidad.
Destilé emociones en viejos alambiques.
Remendé retales maltrechos que paliaran el frío intenso de la ciudad en invierno.
Soñé que algún día mis emociones serían originales. Puras.
Que mis sentimientos serian nuevos. Vírgenes.
Descubrí que tan sólo son barro.
Que se moldean.
Se esculpen.
Se cuecen a fuego lento en la fragua del tiempo.
Que se van compactando unos con otros formando nuestra identidad.
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