De golpe, un recuerdo
De golpe, amor, de golpe, me llega tu recuerdo
en esta corta noche que es ahora mi vida.
Sopla dulce la brisa y el olor de los días
como una madreselva que perfuma mi carne.
¡Qué tiempo el de la dicha, los años de la gloria!
Esas noches eternas, las frías madrugadas,
los cuartos alquilados -asombro de tu cuerpo-.
Carretera infinita buscando el fin del cielo.
Nos quedará, lo sabes, la añoranza de siempre,
ese fulgor de estrellas en una piel desnuda,
y la palabra amor que susurraste un día,
relámpago de miedo besándote la boca.
Te recuerdo esta noche, mientras busco en mi cuerpo
las caricias perdidas de tus manos, ya sombras.
Y lloro por nosotros, por los niños que fuimos
cuando el mundo era nuestro y era nuestro el futuro.
En el cuerpo de otras he buscado tu nombre,
esa nostalgia amada que aún conservo en el pecho,
inútilmente. Somos corazones de humo
que el viento ha disipado y empujado al olvido.
(Desde el olvido escribo. Desde allí te recuerdo)
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