"Tocar para otras personas es una curación, es una manera de desviar todas las preocupaciones y fingir ser feliz"
Protagonista de una vida marcada por las guerras y las grandes miserias de la humanidad, el prodigioso violinista libanés desanda en esta nota el camino que lo llevó a convertirse en un referente de las cuerdas. Con su espectáculo “Intrusos”, se presentará el 25, 26 y 27 de septiembre en nuestro país, remarcando que “La Argentina es un regalo para un artista”.
Nació en medio de la guerra civil libanesa, pasó su infancia en refugios antibombas y estudió violín “obligado” por su padre. Vivió en Alemania, Inglaterra, Francia y ahora lleva más de 20 años en España. La vida de Ara Malikian (56) podría ser el guion perfecto para una película, pero no, es la mismísima realidad. Se alió con el peligro desde niño para resistir la incertidumbre de un clima de sirenas y explosiones, se formó en los sótanos y la música fue el boleto para conocer otros países y el camino hacia la libertad.
“Mi padre me obligó al violín y no tenía opción, pero le estoy agradecido porque hoy en día soy muy feliz, aunque, la verdad, si tuviera una sesión con un psicólogo estaría todo mal”, dice el músico libanés a El Planeta Urbano, días antes de presentarse nuevamente en la Argentina. “El destino de la vida ha hecho que no tenga otra opción. He dejado a mi familia a los 14 años, me fui a Alemania y para sobrevivir tuve que tocar el violín”
.El talento de Malikian con el violín, como explica, está arraigado a la cantidad de tiempo que le dedicó en su vida: 15 horas por día durante 40 años. “Cualquiera que haga eso sería considerado un prodigio”, dice
.A los 12 años dio su primer show y a los 14, el director de orquesta Hans Herbert-Jöris lo escuchó y le consiguió una beca del Gobierno alemán para cursar estudios en la Hochschule für Musik und Theater Hannover. Su música se paseó por los cinco continentes, conoció más de 40 países y las mejores salas de conciertos.
En la actualidad está presentando su espectáculo “Intruso” y su gira mundial tiene como próximo destino la Argentina. Se presentará en Córdoba este 26, y el 27 y 28 lo hará en Buenos Aires, en el Teatro Gran Rex. Y luego seguirá con su recorrido itinerante, con el violín como puente de melodías y herramienta de trabajo.
- ¿Por qué este espectáculo lleva por nombre “Intrusos”?
-Intrusos nos hemos sentido todos. Cualquier ser humano en algún momento de su vida se ha sentido un intruso, más o menos, y otros se han sentido intrusos toda la vida. Creo que, como músico, antes de encontrar tu propio camino, tienes que pasar mucho tiempo siendo intruso. He probado muchos géneros, he entrado en muchos ámbitos, muchos mundos, muchos lugares que, aunque no me sentía de allí, he aprendido todo lo que tenía que aprender. He probado, experimentado y todo aquello de sentirse intruso, he forjado lo que soy hoy día y es un poco un homenaje a todas estas sensaciones de sentirse desplazado.
- ¿Por qué crees que tu padre te obligó a estudiar violín?
-Primero porque él estaba enamorado del violín, le encantaba, pero empezó a tocar el violín bastante tarde, no tuvo una preparación muy adecuada, entonces nunca pudo vivir de ello y quería que realizara yo todos sus sueños, por eso se empeñó y también porque vio que tenía facilidades. Nota aquí.
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