¡A SALVO!
¡Qué día más triste esta madrugada!
sobre el asfalto líquido de la jornada
juega el sol al escondite
y sacude el dolor sobre los cuerpos vencidos
que navegan en busca de un Norte extraviado
el mar es un hoyo en el abismo
donde ruge la fiera
entre ola y ola
como un orgasmo de dolor
y de miedos desorganizados
a pesar de los látigos de sol
hoy sigue siendo un día triste esta mañana
el cayuco es sudor de soledad
se escucha el chapoteo de los vientos
sobre el murmullo de los sueños amontonados
ellos no entienden de sísifos
no saben de cuantos y tantos les precedieron
poco les importa el tamaño de los fracasos
lo que importa es la manta roja
y poder gritar ¡Mamá ya he llegado!
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