OCHO MESES
Hoy he vuelto a subir hasta tu reino
−son ocho meses ya como bien sabes−
me pregunto a qué viene este ritual
como si no estuvieras presente en mi memoria
el uno, el dos, el tres y así hasta el treinta y uno.
Es un día brillante, luminoso,
con los chopos pintados de amarillo
entre los pinos verdes, las encinas,
y un sol dulce de otoño que me abraza.
Te cuento todo esto porque no puedes verlo
y quiero ser tus ojos y tu olfato,
darte al menos un poco de tanta maravilla
como ha quedado aquí después de irte.
Te he llevado,
fíjate que ironía, siemprevivas,
esa flor que no muere porque ya nació muerta.
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