Alejandro Vigil

 Alejandro Vigil, el enólogo 100 puntos

Lleva cosechados 16 vinos con puntaje ideal, incluyendo el reciente reconocimiento al As Bravas 2018. Es uno de los máximos responsables de la evolución del vino argentino de este milenio.

Como las comparaciones son odiosas, para poder destacar la labor de los que los hacen, hay que recurrir a calificaciones, como se hace con los vinos. Y justo hace unos días se dieron a conocer los nuevos puntajes de Robert Parker, la publicación de vinos más influyente del mundo. Cabe destacar que, si bien fue la revista, también norteamericana, Wine Spectator la que introdujo la escala de los 100 puntos al mundo del vino, fue el señor Robert Parker en persona, allá por mediados de los 80’, que la hizo famosa. Y la misma, más allá que cambien los nombres de los degustadores de los vinos argentinos, no ha perdido vigencia, y siguen siendo los más pretendidos por las bodegas. Por eso, los nuevos puntajes llegan justo para celebrar el día del enólogo mendocino, y coronar a Alejandro Vigil como el hacedor con mayor cantidad de puntajes perfectos a sus vinos. Lleva cosechados 16 vinos con puntaje ideal, incluyendo el reciente reconocimiento al As Bravas 2018. Su Malbec de El Cepillo, con más de 60 meses de crianza en toneles. Y si bien no fue el único vino argentino con 100 puntos del reporte (el otro fue el Zuccardi Piedra Infinita Gravascal 2021), también fue el que más vinos consiguió posicionar en el top 20 de dicho ranking (nueve en total). A las pruebas me remito, diría un abogado. Esto confirma la supremacía de Alejandro Vigil como el mejor hacedor de vinos argentinos, al menos de las últimas décadas. Ya que es el único que, además de lograr tantos 100 puntos para sus vinos, lo hizo con exponentes de diferentes variedades y de distintas zonas. Confirmando que algo especial tienen sus manos; también su visión, su nariz y su gusto.

El” loco” Vigil, como le dicen sus amigos de profesión es, sin dudas, un tipo distinto. Generoso en el día a día con su equipo, también con sus colegas, sabe que está viviendo su mejor momento vínico, más allá del éxito de sus emprendimientos gastronómicos, que tanto tiempo y energía le insumen. Pero Vigil sigue haciendo de las suyas, ya sea con vinos de Catena Zapata o con sus propios Cabernet Franc y, ahora también, con sus Malbec top. Me da mucha alegría ver cómo, el vino mejor calificado de mi Reportelli2024 (As Bravas 2016 con 98 puntos), es ahora también valorado por la prensa internacional. Es que es muy Malbec, combinando una frescura y tensión del futuro, con el clasicismo de la larga crianza en tonel.

Se sabe que lo más difícil en el mundo del vino es hacerlo, más allá que sea una de las profesiones más lindas del mundo. Si el vino nace en la viña, se tienen que alinear muchos planetas para que el ciclo virtuoso del vino sea exitoso en la mesa. Por eso, no es fácil lograr un buen vino, mucho menos uno de 100 puntos, y ni hablar 16 vinos con ese puntaje.

Por su parte, Alejandro combina lo mejor de los dos mundos profesionales vínicos, porque es un agrónomo, experto en suelos, y además enólogo. Sabe caminar la viña, mirar las plantas, probar las uvas y sentir el lugar. Porque es ahí donde nace la calidad y el estilo, que luego se plasmará en la bodega, donde también tiene una vasta experiencia. Es cierto que se avanzó mucho en viticultura y que hoy se busca la mínima intervención. Pero para poder intervenir lo menos posible, hay que hacer todo con mucha precisión. El hacedor necesita realizar mucha observación para imaginar el mejor vino posible desde la viña. Es por ello que la experiencia de Alejandro Vigil al frente de Catena Zapata por más de dos décadas, es clave. Y, una vez en bodega, el enólogo debe trabajar para “estropear lo menos posible” la calidad que viene en la uva. Y si bien es cierto que Vigil no trabaja solo, las decisiones importantes de los vinos más importantes, las toma él. Se hace cargo. Como también de hablar con los profesionales del vino y con los consumidores. Esa “calle” que tiene Vigil, y su picardía natural, le permiten marcar la diferencia en la cancha, digo, en la bodega. Al menos no quedan dudas si se toma como referencia el puntaje a sus vinos. Que en realidad son placer embotellados.

Y como el 5 de mayo de 1897 se creó por ley la Escuela Nacional de Enología, de la que egresaron los primeros enólogos de Argentina. Y por eso, desde 2005 y por la Ley 7357, en Mendoza se celebra el Día de la Enología, bridemos por todos ellos y, especialmente por Alejandro Vigil, es uno de los máximos responsables de la evolución del vino argentino de este milenio. Nota aquí.