lunes, junio 23, 2025

Bruce Springsteen

 Abuelo Bruce, tócala otra vez

Bruce Springsteen lleva su gira más política a España con un emocionante concierto que se transforma en un alegato contra Trump.

Poco antes de que den las nueve, aún de día, con un cielo cubierto que amenaza chaparrón, empieza la liturgia. Uno a uno los músicos van subiendo las escaleras desde las bambalinas del escenario para ocupar su espacio. Aplaudimos. Hasta que le llega su turno. La cámara está a su lado esperando que dé el paso. Bruce Springsteen empieza a caminar. Lo acompañamos. Las imágenes que contempla el público son un elemento fundamental del espectáculo de sus últimas giras. La gente grita mientras él avanza tranquilo hacia su micrófono. Lo sabe. No diluviará.

A las 20.58 mira a las decenas de miles de personas que lo esperaban en Estadio Reale Arena (Anoeta) de San Sebastián, donde dio este sábado por la noche el primero de sus dos conciertos españoles (el segundo será este martes en el mismo escenario). Primer plano. El hombre de 75 años no dijo nada y sonrió un par de segundos, preparándonos para lo que vendría durante las dos horas y cuarenta y cinco minutos siguientes. No duda. Sabe que va a revalidar la promesa que es el tema de la primera canción de la noche: la promesa vital con el rock desde la juventud hasta hoy. Como en dos conciertos previos de su gira Land of Hope and Dreams Tour empezó con No Surrender.

Chaleco negro abotonado y corbata negra con puntos blancos, camisa blanca con finas rayas negras. Y una banda que funciona como un reloj —el motor es el batería Max Weinberg— y la exigente profesionalidad que revalida en My Love Will Let You Down con su segundo solo de la noche.

Con la tercera canción —tras el Gabon Donosti— ya aparece el objetivo de esta gira: concienciar a la audiencia sobre el momento crítico que vive Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump. Lee los discursos, que aparecen subtitulados en euskera y en castellano en las pantallas, y algunas de las letras, las más políticas, aparecen traducidas también. La más potente, porque estaba allí sin que nadie hubiese advertido la fuerza de su mensaje, es Rainmaker: trabaja con el imaginario cultural de la Gran Depresión y habla de las condiciones de penuria que posibilitan la aparición de un líder demagógico. Sí, la dedica a Trump. Esto no es una broma. Antes de cantar My City Of Ruins incluso pedirá silencio al público. En acústico House Of A Thousand Guitars también conecta con la crítica política. Nota aquí.





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