jueves, octubre 09, 2025

Micro Abierto Irradiador, identidad y Germinación de Garibaldi

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𝗠𝗜𝗚 — 𝗠𝗶𝗰𝗿𝗼 𝗜𝗿𝗿𝗮𝗱𝗶𝗮𝗱𝗼𝗿, 𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁𝗶𝗱𝗮𝗱 𝘆 𝗚𝗲𝗿𝗺𝗶𝗻𝗮𝗰𝗶ó𝗻 𝗱𝗲 𝗚𝗮𝗿𝗶𝗯𝗮𝗹𝗱𝗶

Madrid, domingo de cultura, música y poesía
Ayer se inauguró en la Taberna Garibaldi de Madrid el MIG (Micro Irradiador de Garibaldi), un nuevo espacio de encuentro para la palabra, la música y la emoción compartida.
El proyecto, impulsado por el poeta, cantautor y educador cubano Julio Hernández, nace con el propósito de continuar la estirpe de los históricos micros abiertos madrileños —como el de Libertad 8, Calvario, o Música por la Voluntad—, fermentando la cultura y el pensamiento crítico compartido a través de las artes. Con fuerza, ilusión y mucho corazón, Julio presentó esta nueva etapa que promete irradiar creatividad desde este este nuevo y carismático espacio hacia toda la ciudad.
El pistoletazo de salida lo dio el querido Fernando González Lucini, quien auguró un futuro luminoso para este micro y dedicó emotivas palabras al recientemente fallecido Pablo Guerrero, figura esencial de nuestra canción poética. A partir de ahí, la tarde se volvió un rutilante desfile de voces, guitarras y versos:
Gonzalo Hormigo, Amaury Muro, Raúl Marchena, María Givernau, Acoyani Guzmán Bárcena, Juan Fernández, Francisco Murillo, Maremoto (menos conocida como Mari Mar Martín Trujillo), y Osvaldo Chiccioni, que nos regaló su homenaje a María Elena Walsh y recordó que sin “meter la mula” nos dijo una verdad como un templo: “una canción te puede cambiar la vida”.
Alfonso Gardi, con “discreta” camisa de celebración de día muertos en México, entonó un tema dedicado a Pepe Mújica, donde ocultaba un acróstico con el nombre del expresidente uruguayo, y de paso rindió tributo a Pablo Guerrero.
El gran Alberto Alcalá se” arrancó” por sevillanas con una elegancia que trasciende del folklore típico andaluz, para elevarlo a pura poesía.
Eusebio Priego, con camiseta de Iron Maiden, nos llamó a “actuar con la palabra” a través de versos de Ángel González; Gabriel Gonzálvez ofreció su canción más Autocrítica; Natalia Vega sumó su sensibilidad.
Y el cierre llegó con el incombustible Dani Hare, “músico para todo”, que levantó a la sala con su góspel-blues (con homenaje a Lou Reed incluido) “Que Dios tenga piedad con los banqueros”, entre coros y aleluyas de un público entregado.
También hubo espacio para “El rincón de Pensar” ámbito físico donde se exponen libros, para leer, comprar, compartir y debatir.
Fue una jornada llena de arte, afecto y complicidad, que marca el inicio de un nuevo espacio para la cultura viva de Madrid.
El MIG comienza su andadura con una certeza: cuando la palabra, la música y la comunidad se juntan, la esperanza se irradia y se germinan las bases para rendir tributo a esa cultura que el alma, el espíritu y el cerebro enriquece haciéndonos mas libres. Haciéndonos invencibles.
















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