La Patagonia sigue rebelde.
A veces, sin querer, comienza una sonrisa a dibujarse en el rostro de uno. Es cuando una vez más constata que la ética no se rinde nunca. O mejor aún: jamás. A veces pueden pasar siglos, pero sigue horadando en la memoria. Y de pronto, está ahí, frente a nosotros. Leer nota.
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