Justicia de género.
EL primer degüello, el primer corte, la primera mujer asesinada en este nuevo año que vuelve a comenzar con un crimen de género. Ya lo he escrito: no me gusta hablar de violencia de género, porque me parece eufemístico utilizar un término tan neutro, "de género", para referirnos a casos como el de esta mujer joven, de apenas 33 años, a la que le ha cortado el cuello, presuntamente, su expareja, en Valencia. Me sabe a poco hablar de "violencia de género" cuando estamos, llana y terriblemente, ante una tendencia sociológica muy determinada de terrorismo contra las mujeres. Un terrorismo contra las mujeres no exclusivo de España, porque se extiende a otras latitudes, como el continente americano y, sobre todo, los países dominados por el extremismo islámico. Pienso en esta mujer de 33 años y recuerdo a esa chica magnífica, Malala Yousafzai, que ha superado el atentado de los radicales, que le atravesaron la cabeza a balazos por querer estudiar, y seguimos hablando de lo mismo: porque es igual vindicar el derecho de cualquier mujer a querer estudiar que defender un derecho a disponer sobre su propia vida, sus emociones o su intimidad. Crónica aquí.
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