domingo, diciembre 31, 2023

Tomás Friedmann

 Una llamada telefónica con una primicia mundial y la película que la cuenta 50 años después

La voz del periodista uruguayo Tomás Friedmann (73) aparece en "La sociedad de la nieve", que se acaba de estrenar.

En 1972, fue el primero en difundir la lista de los sobrevivientes del accidente del avión de los rugbiers en la cordillera.

Cuenta a Clarín cómo esa noticia marcó su vida.

Una llamada telefónica le puede cambiar la vida a muchas personas. Tomás Friedmann sabe que a él, seguro, no fue a quien más se la cambió esa llamada. Pero medio siglo después vuelve a repetirla como si hubiera sucedido ayer. Como la van a escuchar los espectadores de la recién estrenada “La sociedad de la nieve”. La llamada en la que confirmó los nombres de los 16 sobrevivientes de la tragedia o el milagro, como se prefiera llamarlo, de los Andes.

El 13 de octubre de 1972, un Fairchild F-227 de la Fuerza Aérea Uruguaya se estrelló en la Cordillera de los Andes. En él viajaba un equipo de rugby amateur acompañado por sus familiares. 21 pasajeros murieron en el accidente o los días posteriores. Ocho más, el 29 de octubre en un alud que azotó al fuselaje de la nave, enclavada en la nada absoluta de la cordillera y la nieve. Pero hubo 16 pasajeros que lograron sobrevivir. En la que probablemente sea una de las historias de resiliencia más poderosas que haya vivido un grupo de seres humanos, consiguieron salir cuando ya nadie los buscaba.

La tragedia y el milagro. El instinto de supervivencia y esa comunión en la desolación entre los vivos y los muertos que retrata la película del español Juan Antonio Bayona, el director de "Lo imposible" (basada en otra historia de resiliencia fenomenal del tsunami de Tailandia de 2004). Cuando los jóvenes rugbiers escucharon por la radio que habían cesado los operativos, se dieron cuenta de que tendrían que pelear por sobrevivir. Sin comida, el único alimento posible eran los cuerpos de los fallecidos. Sin rastrillajes, la única salida era caminar hacia el oeste.

Allí llegaron más de dos meses después Fernando "Nando" Parrado y Roberto Canessa. Los encontró un arriero. Al confirmarse la noticia, el impacto mundial fue inmediato. Podría compararse con el “estamos bien los 33" de los mineros de Chile, el rescate de los chicos de la cueva de Tailandia o la odisea de los hermanitos en la selva colombiana.

Pero claro, era 1972 y no había televisión satelital ni internet ni mucho menos redes sociales. Pero claro, estaban, siempre están, los periodistas.

Uno de ellos era Tomás Friedmann, un joven y entusiasta periodista de 22 años de Carve, una de las radios más importantes de Uruguay. Tomás siguió el caso desde el principio, casi por una casualidad. Por cuestiones laborales, había entablado un buen vínculo con Carlos Páez Vilaro, el artista plástico que creó Casapueblo. Nota aquí.






Ángel González

 Quédate quieto

Deja para mañana
lo que podrías haber hecho hoy
(y comenzaste ayer sin saber cómo).
Y que mañana sea mañana siempre;
que la pereza deje inacabado
lo destinado a ser perecedero;
que no intervenga el tiempo,
que no tenga materia en que ensañarse.
Evita que mañana te deshaga
todo lo que tú mismo
pudiste no haber hecho ayer.



Tom Wilkinson

 Muere a los 75 años el actor británico Tom Wilkinson, intérprete de ‘Full Monty’

Nominado dos veces al Oscar, fue uno de los grandes secundarios del cine y participó en películas como ‘Shakespeare enamorado’ o ‘Michael Clayton’

El actor británico Tom Wilkinson, uno de los rostros que saltaron al estrellato en la popular comedia Full Monty en 1997, ha fallecido en su casa a los 75 años de edad, dejando tras de sí una estela de interpretaciones como sólido secundario de lujo en más de 130 producciones de cine y televisión. Aunque su nombre siempre estará ligado a la historia de un grupo de desempleados que deciden montar un espectáculo de striptease en la ciudad inglesa de Sheffield, un papel que reeditó este mismo año para la miniserie que Disney+ promovió 26 años después, la trayectoria de Wilkinson acumula dos nominaciones a los Oscar, un premio BAFTA y otras cinco candidaturas a los galardones otorgados por la Academia de Cine de Reino Unido y decenas de roles a los que el intérprete de Leeds otorgó a sus personajes autenticidad y dimensión humana.

En la memorable Full Monty, Wilkinson daba vida al excapataz Gerald Arthur Copper, el más reacio miembro de la banda de perdedores que montan el espectáculo de striptease. Él mismo explicaría, dos años después del probado éxito de la película, que su presencia fue casi un accidente: “Me ofrecieron simultáneamente el papel principal en una serie de televisión y un posible papel en una película de bajo presupuesto, y recuerdo haber llamado a un amigo que me decía: ‘Acepta la televisión, acepta la televisión’, pero no seguí su consejo, y la serie resultó ser muy mala”, explicó, mientras Full Monty, una película de bajo presupuesto, resultó ser la más taquillera hasta ese momento en Reino Unido y llevó su carrera a un nuevo nivel a ambos lados del Atlántico. 

La fama le llegó con casi medio siglo cumplido, pero su contribución al panorama interpretativo comenzaría la edad de 18 años, cuando dirigió una obra de teatro, una epifanía que lo llevó a formarse en la prestigiosa Real Academia de Arte Dramático (RADA, en sus siglas en inglés) británica por la que han pasado nombres propios de la industria de Reino Unido. Según él mismo confesaría años después, aquella obra que dirigió cuando alcanzó la mayoría fue el momento en que descubrió qué quería hacer con el resto de su vida. “Por primera vez, empecé a hacer algo que sabía cómo hacer”, declararía años después, cuando reconoció que perfiles como el suyo, alguien procedente del norte de Inglaterra, podían ser parte de la escena británica. “Me di cuenta de que gente como yo podían ser actores, y una vez lo entendí, nunca cambié de opinión”, declaró.

Su cara tardó en ser reconocida para el gran público, no fue hasta 1986 cuando obtuvo su primer papel relevante en la pantalla, cuando lo reclutaron para la miniserie First Among Equals, basada en el best seller de Jeffrey Archer, en la que conoció a la que, desde 1988, ha sido su esposa, Diana Hardcastle, la madre de sus dos hijas, y con quien repetiría de nuevo en la serie de televisión Los Kennedys, en 2011, en la que intepretaban a un matrimonio; y en la película de acción Una decisión peligrosa. En 2005 fue nombrado Oficial de la Orden del Imperio Británico (OBE, en sus siglas en inglés) por sus servicios en el teatro. Nota aquí.



sábado, diciembre 30, 2023

Ramón Serrano

REGRESO A CALA ESTRETA
In memoriam
Regreso a la playa de los días huidos
aquellas olas que mecían mi cuerpo
las tranquilas aguas de la ilusión
las mañanas de sol reluciente
sobre la pradera azul
ahora son un mar traidor
su espuma es la soga que aprieta mi cuello
como torvos cuervos se extienden las nubes en toda su envergadura
cerrando las ventanas de los cielos
zarpó el bajel de los sueños
poco a poco quedé disminuido sobre la arena
aireando con timidez mi mano en un adiós compungido
llegaron la noche y sus aullidos
en el cielo mortecinos los luceros
apagada aquella luna llena
de cuando ella me la trajo entre sonrisas
y cortos vuelos
rumor de aguas que por el sumidero se cuelan
suena lejana la canción de otros tiempos
reconozco su Voz tenue
como de estar yéndose siempre
¡Qué sensación tan alejada del tiempo¡
las horas corren y corren hasta la orilla
se disuelven en inquietantes silencios
tras ellas otras horas
de continuo nacen y mueren como líquidas sombras
callados a su vez los vientos
el trote de los pinos marchó en silencio
¡Oh frenesí de los recuerdos ahogados
en las oscuras aguas del olvido!
cuando cierro mis ojos
os vivo y revivo con la solemnidad del ensueño
entre el oleaje de mis lamentos.



Joaquín Espiño

 El obrador de gaitas más antiguo de Galicia, cierre por jubilación

Tras más de doscientos años de actividad ininterrumpida, el taller de Joaquín Espiño cerró sus puertas el pasado 10 de noviembre

Espiño lleva 47 años dedicándose a hacer gaitas, “aprendí el oficio observando a mi padre”

Sus hijas, ambas con carrera universitaria, no quieren seguir la tradición familiar creando instrumentos de madera

Cuenta La Voz de Galicia que en San Martiño de Riobó (A Estrada) hay un taller de gaitas y requintas del que han salido cientos de instrumentos y que el pasado 10 de noviembre cerró sus puertas tras más de doscientos años de actividad ininterrumpida.

El motivo no fue otro que la jubilación del lutier, el estradense Joaquín Espiño Martínez, y que las hijas de éste, ambas con carrera universitaria, no deseaban continuar con el oficio. Nota aquí.





Clásica y Moderna

 El valor de las ruinas

Reabrió Clásica y Moderna y la Ciudad de Buenos Aires recuperó un refugio cultural. Nada menos.

Después de masticar la buena noticia, pensé en las ruinas. No fue únicamente porque me acordé del derrumbe que muchos sentimos cuando Clásica bajó la persiana en 2019, tras más de 80 años de vida. La asociación se relaciona también con que su historia cuenta parte de la nuestra.

Todo podría empezar a mitad del siglo XIX, cuando un chiquito fue arrancado de los brazos de su madre muerta y en su mente quedó grabada la cuna verde donde tuvo sus primeros sueños.

Era Emilio Poblet Diez, quien llegó desde España en 1916 con el plan de abrir tres librerías sobre la avenida Callao. Justamente La cuna verde se tituló el libro que su nieta, Natu Poblet, publicó en 2013 para que sus memorias perduraran.

Emilio fue el padre de Francisco, quien fundó Clásica en 1938, con su mujer Rosa. Y ellos fueron ese mismo año padres de Natu, el alma de la gran refundación de Clásica. Fue a partir de 1980, cuando junto a su hermano Paco empezó a resucitar las tertulias, renovadas.

En Callao al 800 crearon la librería-bar-rinconcito de buena música que nos quedó grabada a tantos acá, en Costa Rica o en Luxemburgo, entre otros lugares del mundo desde donde llegaron mensajes de apoyo cuando corrió la noticia del cierre. Nota aquí.




María Seoane

María Seoane, la máquina de pensar

Su libro sobre "La noche de los lápices" o su biografía de Jorge Rafael Videla fueron apenas dos ejemplos del cruce entre militancia y reflexión, tareas sostenidas en un lúcido y constante ejercicio de la memoria: una obra ineludible en un país donde la lucha nunca termina.

Fumaba y fumaba, María, mientras escribía. O hablaba. O pensaba. O leía. O charlaba. Y eso se disfruta, claro. Pero también se paga caro. A la larga o a la corta, se paga. Por suerte, en su caso no fue tan a la corta, porque 75 años bien vividos le alcanzaron para dejar huellas imborrables en el imaginario cultural, social y político argentino a través de una muy profusa actividad repartida entre libros, notas periodísticas y películas, antes que ese maldito cáncer mediastino –probablemente causa de ese fumar incansable- que le detectaron hace poco, se la llevara para otros mundos. "La quimio la dejaba muy mal físicamente, a tal punto que la última decidieron no hacérsela y reemplazarla por rayos, pero hace pocos días le hicieron nuevos estudios y le detectaron metástasis, y le comunicaron que lo mejor era hacer cuidados paliativos, porque ya no había nada que hacer", dijo Vicente Muleiro, otro de su estirpe, junto a quien no solo dirigió Radio Nacional durante seis años (2009-2015), sino que también produjo el libro Historia secreta y pública de Jorge Rafael Videla, quince años después de haber metido su primer gran “hit”: La noche de los lápices.

Ese que llegó justo a tiempo, ni bien se pudo, y avispó a buena parte de la población, que aún no había tomado conciencia cabal de las atrocidades de la dictadura cívico-militar. Andaba entonces ella por los 38 años, venía de abandonar la carrera de economía en la Universidad de Buenos Aires, exiliarse en México por motivos políticos, y –vuelta de allí- empezar a recorrer redacciones como la de Qué, cuando su seductora, clara y concreta pluma, por la forma llana y profunda a la vez en que se deslizaba, quedaba a merced de algún director de cine. De hecho fue lo que pasó rápidamente con La noche de los lápices, película que pasó al celuloide la historia de los secuestros y asesinatos de estudiantes secundarios durante la noche del 16 de setiembre de 1976, que Pablo Díaz –uno de los sobrevivientes- había denunciado en 1985, en el marco del Juicio a las Juntas. Nota aquí.



Félix Maraña

El leonés Félix Maraña conquista el Norte

La poesía de Félix Maraña viaja a Galicia en forma de música y a Euskadi a través de la traducción. Su poemario ‘El bosque no es un árbol repetido’ será editado en euskera, traducido por Gerardo Markuleta, y Joaquín Lera hace canciones diez de sus 10 poemas.

Unos pondrán fronteras y otros las querrán, pero siempre quedarán espacios de libertad o términos que, incluso acotando, en lugar de excluir lo que hacen es sumar. Y tan aparentemente dispares: poesía, música, Norte. En todos estos ámbitos está el leonés Félix Maraña (León, 1953). Se redunda en lo de ser de aquí para añadir: el más vasco de los leoneses. Pero su El bosque no es un árbol repetido. Sonetos y soñetos (Huerga & Fierro Editores) es ahora que ha cumplido 70 años una incesante vuelta a su origen, a León, a sus antepasados, a su madre y a su tierra madre. Algo que le apetecía tanto como se lo pedía el cuerpo. Porque para Maraña ejercer de leonés no es estar en la guarida sino salir a la vida. Vuelta a El bosque no es un árbol repetido. Sonetos y soñetos las esperanzas se han convertido en realidades y Maraña cuenta dos, de momento: diez poemas ya son canciones creadas por Joaquín Lera, músico y cantautor gallego. Y habrá libro en euskera traducido por Gerardo Markuleta, toda una institución.

De los dos colaboradores hay mucho que destacar, pero antes, de Félix Maraña, poeta del Norte y de vida. Con este libro hace todo un regreso al punto de partida: León. Y voluntario. Nota aquí.




miércoles, diciembre 27, 2023

Peter Deantoni

 Pappo, los Stones, Sinatra y Miguel Abuelo: anécdotas en primera persona

El libro compila algunas de las historias que este "todoterreno" de la industria musical recogió en 50 años de carrera.

Desde Pappo, Los Abuelos de la Nada, Nito Mestre o Vox Dei, hasta Frank Sinatra, los Rolling Stones, B.B. King, Rod Stewart o The Police, entre decenas de figuras locales e internacionales, han contado en algún momento de sus carreras con los servicios de Peter Deantoni, histórico mánager pero fundamentalmente un auténtico "todoterreno" en el mundillo musical, quien ha decidido volcar apenas unas pequeña dosis del anecdotario acumulado en más de 50 años en la ruta del rock en su flamante libro De la A a la Z.

A partir de su primera aparición como un "opinólogo" más entre el público en la película Rock hasta que se ponga el sol -el documental del festival B.A. Rock de 1972- y su labor como mánager de Color Humano, Vox Dei y Nito Mestre, Deantoni fue sumando nombres fuertes de la escena local a su nómina de representados, entre los que fueron apareciendo años más tarde Los Abuelos de la Nada y, en particular, Pappo, con quien terminó siendo de manera recíproca "el hermano varón que ninguno de los dos había tenido".

Pero con sus amplios conocimientos de la industria local y su perfecto manejo del inglés, comenzó a ser buscado para trabajar con las todavía pocas figuras internacionales que llegaban a nuestro país a finales de los '70 y principios de los '80, como el caso de Joe Cocker, Billy Preston, B.B. King, The Police y, especialmente, Frank Sinatra. También acompañó a Rod Stewart durante su estadía como espectador del Mundial de Fútbol Argentina '78, lo que le dejó como saldo una fuerte amistad entre ambos.

Su desempeño para cumplir con todos los requerimientos en escena de "La Voz" le valió un regalo singular de la leyenda internacional: una visa sin restricciones a Estados Unidos que le permitió iniciar una tarea como road manager en ese país, tender el primer puente para que los Rolling Stones visitaran por primera vez la Argentina y organizar la presencia estelar de Pappo como invitado de B. B. King en el mítico Madison Square Garden de Nueva York. Nota aquí.



Gloria Fuertes

 Hablan los pastores

¡Ya está bien, que se va a helar!
Tanto adorar al Chaval
y nadie tiene reaños
de darle sus propios paños,
sus sayas o su morral.
Tanta mirra y tanto incienso,
y Él desnudito en el pienso
-pienso que nadie le quiere-.
Su tiritera me hiere,
en esta noche tan bruta.
¡Muchachos, traed viruta,
vamos a hacer una hoguera,
antes de que se nos muera
de frío la Salvación!
Juntad todas las banderas
y haced una colcha loca,
porque Dios está en pelota
desde que vino al Portal.

martes, diciembre 26, 2023

Mikel Izal

 “No veo las redes sociales por consejo de mi terapeuta”

Después de 12 años, cinco álbumes y la disolución de su banda, el navarro Mikel Izal inaugura su nueva etapa en solitario en Ballantine’s Stay True Records. El cantante se abre sin medias tintas: cuenta cómo ha vivido la sacudida de terminar con su grupo o qué hace ante las críticas.

Cuando en 2022 el grupo Izal anunció que se separaba después de 12 años en la música, sus componentes no dieron motivos. Pero un año después, Mikel Izal, el que fuera su vocalista y alma máter —y quien decidió salir de la banda—, cuenta a Joe Pérez-Orive, el presentador del proyecto, cómo fue el proceso y la “difícil” conversación que tuvo con el grupo. El cantante decidió ser fiel a su instinto y comenzó un nuevo camino en solitario que se ha materializado en su primer disco, El miedo y el paraíso, que acaba de presentar. En él, el solista ha perseguido una cualidad que encuentra en otro de los grandes de la música, Robe Iniesta, y que más defiende a la hora de componer, la autenticidad.

La prioridad de este pamplonés de 41 años es crear canciones completamente distintas, porque se acaba aburriendo “de todo”: “El cerebro me dice: ‘Muévete”, se sincera en la entrevista. Guiado por Pérez-Orive, repasa lo más satisfactorio y lo más duro de esta nueva etapa, recuerda cómo compuso su álbum durante 10 semanas en un momento “bastante malo” de su vida y cuenta cuáles son sus herramientas ante la fama. “No veo las redes sociales por consejo de mi terapeuta”, explica. A la hora de relacionar éxito con felicidad es muy claro: “Si llenas el Wizink Center [de Madrid], pero tienes una ansiedad que se te sale por las orejas, estás fracasando estrepitosamente”, sentencia. Nota aquí.



José Luis Prada

 José Luis Prada, el dueño del restaurante de El Bierzo donde lo mismo come el hombre más rico de España que un lugareño de la zona

Es como el título de su biografía “un ejemplar único y atemporal”. Charlamos con él sobre el encanto de la comida tradicional y sobre lo aprendido durante 45 años al frente de la marca Prada a tope

José Luis Prada (Cacabelos, León, 79 años) tiene tantas anécdotas que contar que este año se ha publicado Prada a tope, un ejemplar único y atemporal, una biografía de más de 1.000 páginas y dos tomos, que recoge con detalle todas las etapas de su vida. Restaurador, empresario, expolítico del Partido Popular, pero sobre todo apasionado de El Bierzo, regenta desde 2001 el Palacio de Canedo, un lugar que es mucho más que un restaurante. Rodeado de viñedos, con unas vistas abrumadoras y acompañado de una tienda, una sala de exposiciones, una fábrica de conservas y un pequeño hotel, el Palacio de Canedo es un buen lugar para quien busca tradición, respeto por la naturaleza y huye de la alta cocina para reencontrase con la comida de su infancia. Un lugar que no se parece a ningún otro y que, como su fundador, es auténtico y no pretende engañar a nadie. Un templo donde lo mismo come el hombre más rico de España, Amancio Ortega, fundador del grupo Inditex, que un lugareño de la zona. Una apuesta segura cuando se busca vivir la experiencia, sobre todo si se visita en Navidad, donde un gran despliegue de luces y decoraciones recibe a los clientes, a los que Prada saluda mesa por mesa como si los conociera de toda la vida.

A lo largo de más de 45 años de carrera y gracias a su sello Prada a tope ha construido una marca que logró tener franquicias de restaurantes y tiendas por toda España. Algunas de ellas todavía sobreviven. Pero, sobre todo, supo crear un universo único con el que ser el mejor embajador de la comarca de El Bierzo (León). Una vida, con capítulos casi increíbles, que vale la pena repasar. Nota aquí.



lunes, diciembre 25, 2023

Luis García Montero

 Soledad

Las celebraciones navideñas son una complicación. Y no me refiero a las tareas domésticas en los almuerzos o las cenas familiares. Ni siquiera aludo a las relaciones difíciles con el cuñado de turno. Hablo de todas las sombras que convocan las iluminaciones de Navidad, el recuerdo de lo perdido, las cocinas o las sillas vacías, aunque estén ocupadas por otra gente. Sucede también en las almohadas. Me desperté esta mañana con el recuerdo de mi padre. Recitaba en voz alta un poema de Pemán titulado “Soledad”.

Una voz profunda, más profunda de la que usaba en la vida y aprovechaba con destreza para recitar poesía. Soledad sabe una copla que tiene su mismo nombre: Soledad. Tres renglones nada más, tres arroyos de agua amarga, que van, cantando, a la mar… Sí, la soledad es una compañía inevitable en las fiestas familiares, porque hay distancias de todo tipo, incluso distancias con uno mismo, muy difíciles de salvar. Otra ciudad, otro tiempo, otra vida. Pemán, hombre conservador y partidario de los valores tradicionales, llegaba a dudar del amparo familiar en los momentos más oscuros. Tres versos, ¿para qué más? Si con tres sílabas basta para decir el vacío del alma que está sin alma: soledad.

El alma que está sin alma… Hay distintas formas de soledad, pero la más difícil es la del alma que está sin alma, el vacío que deja sin sentido la vida propia. Las pérdidas apagan cualquier luz que quiera encenderse, los villancicos se cargan de pólvora melancólica y no es posible, ay, como deseaba mi madre cuando una discusión política saltaba en la mesa, tener la fiesta en paz. Nota aquí.



sábado, diciembre 23, 2023

Rozalén

 “Cuando mi padre murió me encerré en casa con su ropa y sus fotos y me puse a componer”

Con un nuevo trabajo en ciernes menos social y más personal (marcado por un año de pérdidas), María Rozalén se abre en canal en este episodio de Ballantine’s True Records para repasar desde la historia de su familia hasta su amor por la música tradicional o cómo ha convertido su pueblo, Letur, en un destino anual entre los festivales de música españoles.

Todo comenzó con las clases de bandurria, cuando María de los Ángeles Rozalén (Letur, Albacete, 1986) tenía 7 años. Su madre fue la culpable cuando la apuntó para que aprendiera a tocar este instrumento tradicional. Desde entonces, a la cantautora Rozalén se le hincha el pecho cuando habla de las raíces musicales de España: “La expresión ‘país de pandereta’ ha sido un insulto, pero este instrumento unifica a tantas personas... Es de las cosas más bonicas”, defiende con su habitual naturalidad y desparpajo ante Joe Pérez-Orive, presentador del proyecto Ballantine’s Stay True Records, que muestra el lado más auténtico de los músicos más destacados. También explica cómo consigue todos los años llenar la plaza de su pueblo con el festival LeturAlma, que en julio de 2024 celebrará su sexta edición con nombres como Luz Casal, Celtas Cortos, Los Niños Jesús o Marlena. Aunque, a la hora de hablar de su gran inspiración creativa, Rozalén solo tiene un nombre en los labios: el de Luis Eduardo Aute.

La cantante también da pinceladas del disco que está creando —y del que en noviembre sacó su primer sencillo, Lo tengo claro— que será menos social y más emocional tras un año marcado por las pérdidas y el desamor. Su momento más catártico ocurrió cuando su padre murió de golpe: “Me encerré en casa con su ropa, sus fotos, velas, y me puse a componer”, explica, lo que le sirve para detallar la inesperada historia de amor que tuvieron sus padres y por la que él colgó los hábitos de cura.

La Rozalén más natural y fresca surge con su amiga Aida Tarrío, colaboradora de Ballantine’s Stay True Records y miembro de Tanxugueiras. Recuerdan cómo se conocieron, qué se dicen en los audios de voz que se envían (muchos, cuando están de fiesta) y rememoran la grabación de A virxe do Portovello, un tema tradicional gallego versionado por las Tanxu y Rozalén en el último disco de la albaceteña, Matriz. Nota aquí.

Mercedes “Perla del Oeste”

 Escapadas: las mejores picadas, sabores caseros y boliches antiguos en un pueblo a 100 kilómetros de Capital.

Mercedes conserva viejos almacenes para probar platos típicos, también ofrece nuevas propuestas con prestigiosos chefs y se destaca el tradicional salame quintero, emblema local.

A100 km al oeste de la Capital Federal, la ciudad de Mercedes, en la provincia de Buenos Aires, la llamada “Perla del Oeste”, asoma como un refugio necesario para deambular por los anchos bulevares arbolados de los pagos de Miguel Cané y Roberto J. Payró, casas y edificios de antaño de un trazado en damero que irremediablemente muere en el mar de pasto que es la pampa.

La “primera ciudad del interior” inserta en un paisaje rural de árboles y especies autóctonas, atravesada por el río Luján, nació como línea de fortines a lo largo del río Salado llamada La Guardia del Río Luján, que defendía la civilización de los malones de los indios pampas. Conserva viejos almacenes en funcionamiento para comer una empanada o el tradicional salame quintero con un vino en vaso en ese ambiente atendido por dueños y herederos, que resulta una experiencia única. La primera pulpería de Buenos Aires está aquí, la del ya fallecido Cacho di Catarina, de 1830, pero también existen otros muchos rincones con menos prensa, con el aroma de la añoranza, con sus estanterías originales, muebles y barras de madera como el Bar La Vieja Esquina, el bar Laurino, el Bodegón Oveja Negra o La Fonda, entre muchos otros. Nota aquí.





Segovia

 ¿Qué emperador romano construyó el acueducto de Segovia? Toda una vida para resolver un enigma milenario

La historiadora Dominica Contreras cree que la conducción romana fue levantada por Vespasiano en el siglo I, lo que adelanta el inicio de las obras casi cincuenta años.

El coronel Góngora, de la Academia de Artillería, desplegó orgulloso su catalejo. Gracias a él, por fin, se podrían leer las marcas dejadas por la milenaria y desgastada cartela del acueducto de Segovia que desvelaban quién, cuándo y por qué ordenó construir esta impresionante obra en un municipium que no se encontraba entre los más importantes del imperio romano. Pero fuera porque el militar decimonónico no estaba muy ducho en latín o porque el anteojo no resultaba lo suficientemente potente; lo que garrapateó en el papel no resultó bastante para que el canónigo Andrés Gómez de Somorrostro ―que había enviado al artillero a copiar lo que viese― descifrase una sola palabra. No obstante, habría posteriormente más intentos, como subirse con una grúa hidráulica para observarlo de cerca, intentar recomponer el rompecabezas de tres placas epigráficas latinas relacionadas con la ciudad o abrir excavaciones en uno de los extremos de la conducción a la búsqueda de más datos.

Estas historias, que relata Dominica Contreras López de Ayala (Madrid, 83 años), X marquesa de Lozoya y académica de Historia y Arte de San Quirce, en su libro Misterio del acueducto de Segovia. Vicisitudes y datación (Editorial Almuzara, 2023), son algunas de las múltiples investigaciones que se han emprendido desde hace siglos para determinar la autoría del símbolo más reconocible de la ciudad castellana. Pero lo más llamativo e incomprensible es que la respuesta definitiva al interrogante histórico se encuentra, según Contreras, enterrada entre el campo de fútbol del segoviano colegio Claret y los urinarios para los jugadores. “He pedido muchas veces que se excave, pero los padres no quieren oír ni hablar de eso”, asevera la académica.

Hasta ahora, lo más aceptado era que el acueducto segoviano fue construido durante el gobierno del emperador Trajano (años 53-117). Pero teorías ha habido para todos los gustos. Carlos Fernández Casado, el ingeniero que lo restauró hace décadas, estaba convencido de que era obra de Claudio (años 24-41). El historiador local José María Martín, que también cogió los prismáticos como el coronel Góngora para intentar descifrar la cartela, creyó leer “del emperador Nerva”. Otros, al contrario, aseguraban que fue obra de Adriano (76-118) o de Teodosio (347-393), porque habían encontrado algunas monedas y restos arqueológicos de sus épocas en la base.

Para complicarlo todo un poco más, Ambrosio de Morales (1513-1591) ―historiador y arqueólogo que envió Felipe II para hacer una relación de las riquezas artísticas, religiosas o históricas de su reino― dio cuenta de una epigrafía supuestamente hallada en Segovia que se refería al acueducto. De Morales, que ya tenía experiencia en montar algunos líos históricos por los pueblos por donde pasaba ―encontró el cuerpo de san Eufrasio en Valdemao (Lugo), pero lo identificó como obispo de Andújar cuando era de Mengíbar―, aseguraba que la inscripción decía que había sido construido por Lartius Licinius, gobernador de Hispania. Licinius rigió, por orden de Vespasiano, la provincia Tarraconense, pero que solo gobernó entre el 70 y el 69 a. C., año en que murió atragantado por un hueso de aceituna. Nota aquí.