jueves, mayo 16, 2024

Rodolfo Serrano

 Un rostro

Un rostro entre la gente. Una sonrisa.
Y el mundo se detiene y me recorre
el alma un dulce golpe. Eres tú misma.
Igual que eras entonces. Tan hermosa.
La miro y te recuerdo cuando eras
el único rumor, palabra única,
y solo estabas tú en mi diccionario,
Tus seis letras distintas, tan amadas.
Se cruza ante mis ojos y contemplo
tus labios que mil noches recorrieron
mi espalda y me mordieron, insaciables,
mis labios y la carne enfebrecida.
Y donde mil piratas se rindieron,
a la bandera roja de tu boca,
la exacta juventud eterna y fiera
que me atropella en medio de la calle.
Eres tú, tú, dios mio. Juraría
que, si digo tu nombre, volverían
esos tiempos amados de la dicha,
esa revolución de tu sonrisa.
La miro. Y sé que el tiempo no ha parado.
Ya no será tu cuerpo como entonces,
ni este anciano que busca tu mirada
es aquel que murió sin tu saberlo.
Se pierde entre mil ruidos de automóviles,
mas siento que se queda como un beso,
lejos de la desolación que me rodea,
el instante feliz de la nostalgia.
Foto de Raul Cancio.



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