lunes, octubre 21, 2024

Saint Moritz

 Cafetines de Buenos Aires: Saint Moritz, el sueño de viajar a Suiza y las mesas de Jorge Luis Borges y César Menotti

En el barrio de Retiro, la confitería conserva el nombre original y el piso en damero en blanco y negro. Las sillas son de un color similar al del cartel que dio origen a una nueva tipografía.

La Confitería Saint Moritz funciona desde abril de 1959 en la esquina de Paraguay y Esmeralda. La fundó una familia suiza, pero a poco de abrir pasó a manos de un grupo de asturianos. La primera gran decisión fue mantener su nombre original, el de la exclusiva villa alpina donde esquía el jet set internacional. Por lo demás, una gran comunidad suiza habitaba el entorno. Ahí nomás, en la Avenida Santa Fe 846, entre Esmeralda y Suipacha, funcionaban las oficinas comerciales de Swissair, la línea de aviación de bandera suiza. También el célebre restaurante del mismo nombre. La Embajada de la Confederación Suiza —hasta la fecha— ocupa los últimos pisos de ese mismo edificio.

En otras palabras, funcionarios de ese país circulan por la zona desde siempre. Claro que no sólo helvéticos conforman la clientela de la confitería. Saint Moritz está emplazada en la planta baja de un edificio que es fiel exponente de una clase social que se estableció en Retiro desde principios del siglo XX. Quiero decir, no produce rechazo en el vecindario. Todo lo contrario, genera pertenencia. Su tamaño y estética armonizan con el entorno. Sin duda que el encantador llamador que invita a entrar al local está en su identidad comercial. Me refiero a la cartelería que se mantuvo sin alteraciones marketineras hasta el presente. Se desconoce al autor del cartel. Es un misterio entre las cafeterías de Buenos Aires. Probablemente haya sido encargado a un carpintero anónimo que a su vez subcontrató a un letrista. Quien haya sido, nos legó de una imagen inconfundible que integra el patrimonio cafetero porteño. La tipografía, por otra parte, sirvió a dos diseñadoras gráficas, Julieta Ulanovsky y Sol Matas, para crear un nuevo tipo de letra que tomó como referencia el cartel y fue bautizada en consecuencia: “Confitería”.

Por su localización —equidistante de la calle Florida y de la Plaza San Martín—, en los años sesentas y setentas barrió un área artística que incluyó numerosas galerías como: Bonino, Van Riel, Witcomb, Peuser, Di Tella, Velázquez, entre otras. Y sumó a la masa aspiracional de clase media que abarrotaba los cines de Lavalle y caminaba las cuatro cuadras de distancia hasta este showroom urbano del centro de esquí suizo montado sobre la llanura pampeana. Nota aquí.







Santero y los Muchachos

 

Rafa Pons


 

Juan Gelman

 Fábricas del amor

Y construí tu rostro.
Con adivinaciones del amor, construía tu rostro
en los lejanos patios de la infancia.
Albañil con vergüenza,
yo me oculté del mundo para tallar tu imagen,
para darte la voz,
para poner dulzura en tu saliva.
Cuántas veces temblé
apenas si cubierto por la luz del verano
mientras te describía por mi sangre.
Pura mía,
estás hecha de cuántas estaciones
y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos.
Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos.
Qué infinito de besos contra la soledad
hunde tus pasos en el polvo.
Yo te oficié, te recité por los caminos,
escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra,
te hice un sitio en mi lecho,
te amé, estela invisible, noche a noche.
Así fue que cantaron los silencios.
Años y años trabajé para hacerte
antes de oír un solo sonido de tu alma.



Joan Manuel Serrat

 

Andrés Suárez


 

Charly García

 El libro que cuenta la historia del grupo menos conocido de Charly García

Entre Sui Generis y Seru Giran, durante apenas dos años y dos discos, fue su plataforma para abandonar el folk adolescente mientras el país atravesaba su  época más violenta. Aquí se recorre su consagración y al mismo tiempo su separación, con giras por todo el país y la edición de su álbum "Películas".

El Luna Park nunca sonó bien. Del “rompan todo” de Billy Bond al “sin síncopa, muchachos”, de la despedida de Sui Generis, pasando por la primera visita de Santana, todos los conciertos fueron víctimas de los problemas de su acústica. En el balance de 1976, la revista Pelo lo eligió como “lugar del año” porque “todo el mundo quiso hacer su concierto en ese enorme y horrible galpón”. Así de conflictiva fue siempre la relación entre el rock y el célebre recinto de boxeo.

La Máquina dio en el Luna su show más convocante, envuelto en una feroz represión desde temprano (hasta l bajista José Luis Fernández se ligó un bastonazo intentando ingresar a su propio show). El 17 de junio de 1977 presentaron clásicos y novedades, todavía sin el segundo disco editado, con un gran caudal de gente y excelentes críticas de la prensa musical.

La innovación estuvo en la puesta en escena. A oscuras, primero salió Cutaia vestido de conde, con capa negra y candelabro en manos. Tocó una música sacra en el órgano hasta que sus compañeros aparecieron de blanco, se prendieron las luces y abrieron con “Bubulina”. En el intervalo salieron vestidos new wave para hacer “Ella es bailarina” y en la segunda parte del show (“Rock” sonó dos veces) volvieron al blanco.

"Cantemos, a todos nos gusta cantar, y yo sé que podemos cantar algo más que el 'ohhhh oh ohhh' y esas cosas", pidió Charly antes de “Por probar el vino y el agua salada”. Nota aquí.








Beret

 

David Lebón


 

Eneko


 

domingo, octubre 20, 2024

Silvio Rodriguez

“Todas las formas de amor son antiguas como la humanidad”


Silvio Rodríguez lanzó su nuevo disco, “Quería saber”, y dialogó con Casa Tomada sobre la actualidad política en América, los desafíos del socialismo, las nuevas tecnologías, el amor, la juventud y el lenguaje dinámico

“Quería saber

y abrí los ojos bien temprano

cuando se tocan con las manos los luceros

Quería saber

si iba a llegar a mi destino

y no llevé para el camino ni sombrero

Quería saber

y le di un beso a mi comarca

y me subí a una vieja barca de viajero”

Siempre es lindo escuchar su palabra sabia. El timbre de su voz narrando aquellas reflexiones y experiencias de vida, con un grito de lo que duele y el deseo de lo que debería venir. “Quería saber” es el nuevo disco de Silvio Rodríguez, que consiguió con un proceso de grabación con músicos que lo acompañan desde hace más de 20 años. “Hemos compartido muchas cosas buenas, somos compañeros de trabajo”, nos cuenta el músico cubano en diálogo con Casa Tomada sobre la experiencia de la nueva producción. 

Ya supera los 20 discos de estudio y vuelve a los parlantes de todos sus seguidores tras aquél trabajo que presentara durante la pandemia del Covid 19, “Para la espera”, motivo por el que nos acercamos por última vez para una entrevista. En ese momento, Silvio había asegurado que “siempre he oído decir que en los tiempos de crisis el arte se enriquece, puede que sea cierto, cabe pensar que en momentos de angustia o de reclusión obligada los creadores dediquen más tiempo a ordenar ideas”. Pues ese trovador cubano, del que todos nos sentimos amigos sin siquiera conocerlo o que todos queremos tener como tío sabio, para que nos dé respuestas a nuestros interrogantes, volvió a su trabajo creativo y nos trae este nuevo material. 

– En su nuevo disco hay muchas canciones que, además de hacernos reflexionar, también plantean su grito de denuncia, ¿qué lugar tiene el arte como espacio para generar un debate? 

– Sinceramente, no lo sé. Tuve la suerte de vivir en un país donde las transnacionales de la música no funcionaban. Tampoco me tentó ese mundo y no fui a buscarlo (sin discriminar a quien le guste). Yo siempre he cantado lo que tengo en mente, no porque tenga una teoría sobre el papel del arte. El ser humano es quien conduce el oficio.

– Entre otros puntos que toca en el disco habla de aquellas cosas que nos traban como sociedad. Si bien todos los escenarios son cambiantes, hoy ¿qué valores deberíamos contemplar para superar esas trabas?

– No es solamente en la política: en cualquier circunstancia la inteligencia humana es capaz de aprender de lo que experimenta, de lo que hacemos, de lo que se consigue o no haciendo o dejando de hacer algo. Aprender y ser capaz de poner en práctica lo aprendido es vital para conseguir progreso. Nota aquí.





Frank Delgado


 

Los Pompas & León Gieco

 

Joan Manuel Serrat

 “Cuando tengo bajones, no hay química ni licor capaz de resolverlo”

El músico, que recibe el Princesa de Asturias de las Artes, cuenta lo que le ha ofrecido la vida en los dos años desde su despedida y habla sobre Elon Musk, su manera de componer, el peligro de recortes de libertades o su relación con Julio Iglesias.

A Joan Manuel Serrat (Barcelona, 80 años) le pica el brazo derecho. Se lo rasca con energía. Le ha picado una avispa y, en su caso, eso se debe a que últimamente pasea largo rato por el campo y lo hace en manga corta. “Bueno, no pasa nada”, se baja la manga de la camisa que lleva el día de la entrevista (realizada esta semana) sin dar importancia a la picadura. La forma en la que ha surgido esta entrevista refleja bien su actual situación: sin manager, sin discográfica, sin disco que promocionar, sin ningún intermediario… Tres o cuatro mensajes compartidos por WhatsApp y la cita se fija en una oficina que posee en Barcelona. “Me sabe mal que hayas tenido que viajar. Seguro que has debido madrugar…”, se preocupa, y no hay motivo: dos horas y media de tren desde Madrid para charlar con tranquilidad con probablemente el músico que más ha penetrado en el alma de catalanohablantes e hispanohablantes.

Serrat se despidió en 2022 con una gira que finalizó el 23 de diciembre en Barcelona y desde entonces no ha parado de recibir homenajes y premios. El inminente, el Princesa de Asturias de las Artes, que recoge el 25 de octubre en Oviedo. Responde primero mirando al vacío, buscando las frases más elocuentes y, luego, cuando ya ha emprendido el buen camino, mira a los ojos. A pesar de su pesimismo general con la situación política y social, habla con tranquilidad y cierta ternura. Se ríe mucho, cuando se requiere. Tras la entrevista, dirá: “Me he ido por las ramas muchas veces. Bueno tú corta y pon ‘divaga’ entre paréntesis”. Y sonríe…

Pregunta. Fue muy serratiano lo que dijo en la rueda de prensa después de que le concedieran el Princesa de Asturias de las Artes, el pasado abril: no sabía nada y cuando se lo comunicaron su plan del día era renovarse el carnet de conducir. ¿Lo llegó a renovar?

Respuesta. Sí, sí, lo renové después. Lo hago en una de esas clínicas donde te hacen todas las pruebas. Lo curioso es que no conduzco. Pero lo renuevo por si un día me echan de casa… (risas).

P. ¿Qué le ha ofrecido la vida en estos dos últimos años, desde que se despidió?

R. Que puedo disponer de mi tiempo mejor. Puedo dejar para mañana lo que no quiera hacer hoy y mi mujer y yo tenemos más tiempo para viajar a nuestro antojo. Yo lo resumiría con una frase que escuché a alguien: “Esto de no hacer nada, si te lo tomas en serio, es un no parar”.

P. ¿Usted se encontraba bien física y emocionalmente para continuar ofreciendo conciertos?

R. No dejé los escenarios ni por aburrimiento ni por discutir con ellos ni porque me pesaran. Al contrario: cuando hice los últimos conciertos, estar en el escenario fue lo que siempre ha sido, un momento de gran emoción y de vampirizar a la gente para ir reforzándome yo mismo. No estaba en absoluto en un estado físico malo y tenía un público fiel que me animaba y empujaba. Pero a pesar de todo pensé que es preferible decidir por ti mismo el momento de terminar. No tenía nada que me esperara ni nada por hacer que no hubiera hecho antes. No pensaba dedicar mi tiempo a la contemplación ni a la petanca ni a la familia. ¡Pobre familia! A la familia [Serrat tiene tres hijos y seis nietos] hay que dejarla hacer lo que desee. La familia es un conjunto de individuos e individuas que tiene cosas que hacer. No vas a aparecer de pronto y decir “hola, ya estoy aquí”, porque a lo mejor te llevas un chasco… (risas). Nota aquí.





Carlos Salem


 

Silvio Rodríguez

 

Homenaje a Joan Manuel Serrat

  Luis nos cuenta por Facebook.

Lo de ayer quedará en mi memoria. Mesa redonda en torno a Serrat en la Semana de los Premios de la Fundación Princesa de Asturias de Oviedo. Un enorme placer moderarla y compartirla con @pasionvega_oficial @andressuarezoficial e @serranoismael que además interpretaron respectivamente Lucía, Mediterráneo y Esos locos bajitos. Muy feliz de que contaran conmigo como biógrafo del cantautor catalán. Lleno total en la Fábrica de Armas de la Vega y un público muy cariñoso y entregado.


















Homenaje a Charly García


 

Fernando Delgadillo

 

Sebastián Godoy

 Un argentino en el país más barato y exótico del mundo: “Comés por un dólar y podés alquilar habitaciones por 10 dólares la noche”

“Es increíble como en un lugar tan lejano y desconocido por la mayoría de los turistas se pueda vivir con tan poco”, remarcó Sebastián Godoy sobre su experiencia por el sudeste asiático junto a su mujer y su hija, de 13 años

Sebastián Godoy siempre supo que lo suyo era viajar, pero lo que no imaginaba era que convertiría esa pasión en un estilo de vida familiar. Desde que dejó su ciudad natal en San Nicolás, provincia de Buenos Aires, en 2005, se propuso recorrer el mundo con su mochila y su guitarra, en búsqueda de lugares y experiencias que lo conecten más con las personas y la naturaleza.

“Dejé de ser turista para convertirme en viajero. Aprendí a viajar barato para conocer más”, admitió Sebastián mientras recuerda cómo fueron sus inicios. Lo curioso es que ya no lo hace solo. Su compañera Lisa Mónaco, una italiana a quien conoció en 2006 en Quito, Ecuador, y su hija Luna, de 13 años, son parte inseparable de esta aventura.

“Utilizamos el low cost como filosofía de viaje”, enfatizó Sebastián, cuyo objetivo es ajustar lo más posible el presupuesto para permanecer más tiempo en los lugares y así experimentar las distintas culturas. “Viajamos en familia para regalarle a nuestra hija una mirada más amplia sobre el planeta que habitamos”, remarcó.

Lisa empezó a viajar desde que estaba en la panza de su mamá y a los 10 años ya había visitado los cinco continentes. “Al principio fue difícil. Pero ahora, ella está acostumbrada a los trayectos largos, a dormir en sitios humildes y a comer lo que haya disponible”, explicó sobre el comportamiento de su hija. “Es una nena que tiene el mundo en la palma de la mano”, indicó su padre con orgullo. Nota aquí.






Pasión Vega, Duende Josele, Alexis Díaz Pimienta & Pala


 

Zahara

 

Joaquín Pérez Azaústre

 Córdoba, deseo y ámbar

Cuando has nacido en ella, pasear una ciudad es encontrarte con tu propio pasado. Sales de la estación y te contemplan todas las miradas que habitaste, con ojos sucesivos, los sueños que perdiste, y también unas cuantas bienvenidas que han ido perfilando tu recuerdo en su fiebre de etapas, porque se van quemando, y su lumbre interior nos calienta el presente. Pasear una ciudad también es escribirla: yo he vuelto a recorrer mi ruta de quioscos en Ciudad Jardín, he atravesado Costa Sol y he vuelto a ver ese barrio joven que en los años 80 anunciaba una prosperidad con ritmo histórico. He llegado a la entrada del reino mágico de la Judería en la Puerta de Almodóvar, ante su sinfonía de estatuas, de Séneca a Maimónides. He contado sus vidas, pero también la mía al habitarlas, al hacerlas reverso de mi piel. He entrado en la Casa Andalusí un mediodía de cielo mineral, cuando ese temporal asoló Córdoba hace menos de un año. He visto en estas calles los pasos de mis padres y mi hijo, y te he amado en Ronda de los Mártires. He llegado a ese canto nocturno en la Mezquita-Catedral y he sabido que el centro del Puente Romano, una tarde de otoño, con pájaros furtivos que parecen volar hacia el pasado, es el centro del mundo.

Cada vez que regreso a Córdoba me encuentro con las sombras de los otros que fui. Es un proceso de reconstrucción: se trata de ir asimilando, y también asumiendo, todas tus miradas anteriores, con sus contradicciones y sus restos de niebla y abandono, desde la pasión del presente. Por eso cuando Manuel Mateo Pérez, editor de Tintablanca, me habló de su proyecto de la colección Ciudades Patrimonio de la Humanidad, supe que había llegado mi momento para escribir Córdoba. Para volver a ella con la mirada plena. Nota aquí.



Rafa Pons


 

Tute

 


sábado, octubre 19, 2024

No Te Va Gustar

 

Rozalén

 Mary nos cuenta por Facebook.

Llegué a casa.
Después de 20 días en 8 ciudades de 7 países diferentes.
Llegué a casa, pero también siento que a ese lado he dejado a los míos…
Necesito descansar, encontrar palabras.
Os dejo recuerdos de mi primer concierto en San Juan de Puerto Rico. A guitarrita y voz.
GRACIAS








Celebrando la Música de George Harrison

Dani Flaco

 

Andrea Mazas

 Andrea nos cuenta por Facebook.

UN ABISMO QUE NO SE CANTA en #librerías desde este LUNES 21 de octubre. Id a vuestra librería y, si no lo tienen, pedidlo y llegará. Dadle calor con las manos, con los ojos. Ojalá también vosotras encontréis esa llamita en su lectura. Estoy recibiendo mensajes llenos de amor y cariño, de personas que se alegran de que este libro exista, y de algunas de las que ya lo han recibido y lo han leído o están en ello. Escribo esto con la lágrima asomando, porque, amigas, hay mucha emoción en esto, en el proceso, en quienes han hecho posible que #unabismoquenosecanta sea lo que es, y en quienes ya están haciendo que sea lo que soñaba que fuera cuando empecé a trabajar en él. Lo dicho, y no me canso: gracias . Sois red.



Salvador Amor


 

Fito Páez

Paris Joel

 


César de Centi

 César nos cuenta por Facebook.

Estoy trabajando en otros aspectos de mi disco nuevo mientras lo grabamos.
Disfruto del proceso.
Siempre hay esas “cosas” de las que hablamos los músicos de tener que multiplicarnos por mil para que todo salga con el respeto necesario.
Por eso tengo que agradecer a las personas que a un músico como yo, que no es de multitudes le ayudan a que todo sea mucho más sencillo. Imaginemos que solo tratamos bien a la multinacional y nos olvidamos de los comercios locales.
No es la primera vez que siento que precisamente por no ser de multitudes se ningunea mi trabajo.
Gracias mecenas, por apoyarme,por hacerme todo muchas más sencillo y feliz.



Guada

 

Rafa Pons


 

Ramón Serrano

 MI NOCHE NO ESTÁ CALLADA

Se me desmoronan todos los castillos
no no
no eran de arena a la orilla de la playa
tampoco eran de naipes
ni de fichas de dominó
ahora pienso que los levanté de sueños
junto a un mar de palabras
a ellos me he agarrado durante mucho tiempo
por eso estoy todavía aquí
sus ruinas son mi cayado
anduve bien mientras resistían
ahora sin los sueños no soy nada.