"Me atrajo investigar el personaje José de Zer"
En la película de Diego Lerman, que se estrenará el viernes 18, el actor se metió en la piel del periodista que hizo explotar el rating con sus reportes de la posibilidad de vida extraterrestre en el cerro Uritorco.
El dudoso arte de tomar un hecho insignificante –o directamente inexistente– para devolverlo a la esfera pública embadurnado con una generosa capa de sensacionalismo, exageración y fantasía es tan viejo como el periodismo. José de Zer fue uno de los pioneros locales en producir este tipo de noticias que no son tales y que hoy reciben el nombre de fake news. Pero a diferencia de casi todas las actuales, moldeadas según los intereses de las usinas periodísticas, las de su autoría no perseguían otro objetivo que saciar el deseo de la audiencia de que exista algo que trascienda los límites de la compresión humana. Y el deseo suyo de explotar las mediciones de rating, tal como ocurrió durante los largos meses que duró la “investigación” sobre la posibilidad de vida extraterrestre en el Uritorco. Lo ocurrido en el cerro cordobés, con testigos de dudosa veracidad, luces en el cielo, piedras con inscripciones ancestrales y marcas en el pasto, entre otros ingredientes dignos de la ciencia ficción, es el epicentro narrativo de El hombre que amaba a los platos voladores, de Diego Lerman, que llegará a la plataforma Netflix el viernes 18.
Con Leonardo Sbaraglia en la piel de De Zer y el tucumano Sergio Prina a cargo de interpretar a Chango, su inseparable camarógrafo y compañero de aventuras, la última película del director de Tan de repente (2002), Mientras tanto (2006), La mirada invisible (2010), Refugiado (2014), Una especie de familia (2017) y El suplente (2022) no es una biopic al uso, de esas que recorren en modo automático las principales postas de la vida del homenajeado de turno. Del José de Zer privado se sabrá poco y nada, pues lo que importa es cómo fue que un cronista de espectáculos se transformó, a fuerza de convicción, inventiva y fe, en la figura más importante de periodismo audiovisual del momento. O, al menos, del sector del periodismo audiovisual para el que noticia y show marchan juntos y a la par. Tampoco hay una mirada burlona sobre un personaje que se prestaba para la joda. Al contrario: El hombre que amaba los platos voladores, como ocurrió durante el Mundial de Qatar, elige creer. Nota aquí.
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